OCTAVIO DE LA SUAREE En ese instrument los colegas ingleses hicieron honor a la tradici6n del pais cuya prensa Ileva la escrupulosidad al extreme de que el Times de Londres paga una libra esterlina al primero que report, cada dia, una errata al gerente del peri6dico (107). Pese a los buenos oficios de los sefiores Cecil Bunbury y Ma- nuel Marsal, altos funcionarios del Burd Brithnico de Informaci6n, de La Habana, no hemos podido obtener copia del C6digo votado en Carlisle. Agregaremos, sin embargo, como referencia complex. mentaria, que la "National Union of Journalists" fue fundada en 1907 y comprende 6,300 miembros, por lo que es la mis importan- te de Inglaterra, ya que su concurrente, el "Institut of Journal- ists", creado al amparo de una Carta de la Reina Victoria en 1890, s6lo cuenta con 3,000 afiliados. La "National" es, en reali- dad, una "trade-union" y defiende los intereses materials y mo- rales del personal de redacci6n en estrecha cooperaci6n con la "Printers Trade-Union" y otros sindicatos obreros. Estamos informados de que el C6digo de Carlisle tiene estre- cha relaci6n con la "Libel Law" inglesa pero tampoco la Emba- jada Britinica ha podido ofrecernos copia de la misma. TRIBUNAL Y CODIGO INTERNATIONAL DE HONOR Y MORAL PROFESIONALES Un lustro despues, en 1930, la "Federaci6n Internacional de Periodistas", que contaba entonces con 28 naciones afiliadas y cerca de 35 mil periodistas inscriptos, al crear en Berlin un Tri- bunal Internacional de Honor, redact6 con destino al mismo un C6digo de Honor y de Moral Profesionales. De esa manera, Europa, que habia perdido por culpa de Dana y a beneficio de America la primacia en el movimiento precursor (107) Conocidisima es entire la gente del oficio la vieja an6cdota que se contrae a la jugarreta llevada a cabo hace afios en los talleres del Times por un linotipista molesto con la political editorial del diario, que prohibe el empleo de toda palabra fuerte o mal sonante hacienda por ello muy penosa la continue correcci6n del plomo del material. El obrero en cuesti6n desliz6 sin que nadie se percatara, en un texto muy denso, dos o tres lines con insolencias tabernarias que, descubiertas cuando ya se habia comenzado la distribuci6n de la edici6n del dia, hicieron que la empresa gastara unas diez mil libras esterlinas en recoger cuantos ejem- plares fue possible para destruirlos despu6s.