OCTAVIO DE LA SUAREE Fue esa una consecuencia del primer congress de prensa cele- brado en aquel pais a que hemos aludido y cristaliz6 en estas manifestaciones : En La Prensa su entonces Director, Ezequiel P. Paz, esta- bleci6 los siguientes: "DEBERES DEL PERIODISTA: Informar con exactitud y con verdad; no omitir nada de lo que el pfiblico tenga derecho a conocer; usar siempre la forma impersonal y culta sin perjuicio de la severidad y de la fuerza del pensamiento critic; desechar los rumors se dice y se asegura para afirmar iinicamente aquello de que se tenga con- vicci6n afianzada por pruebas y documents; considerar que es preferible la carencia de una noticia a su publicaci6n err6nea e injustificada; cuidar de que en las informaciones no se deslice in- tenci6n personal del que la redacta porque ello equivaldria a co- mentar y el reporter o cronista no debe invadir lo reservado a otras secciones del diario; recorder antes de escribir cuin poderoso es el instrument de difusi6n de que se dispone y que el dafio causado al funcionario o al particular por la falsa imputaci6n no se repara nunca totalmente en la aclaraci6n o rectificaci6n caba- Ilerosamente coucedida; guardar altura y serenidad en la pol6mica y no afirmar nada que hayamos de tener que borrar al dia si- guiente, y por iltimo inscribir en letras de oro, en lugar prefe- rente, bien a la vista, sobre las mesas de trabajo, las palabras de Walter Williams, insigne hombre de prensa norteamericano: "Na- die debe escribir como periodista lo qua no pueda decir como caballero"; tales son las miximas corrientes que todos respetamos y que cumplimos en esta casa, La Prensa". En cuanto a Prcgdn, semanario desaparecido hace muchos afios, el pronunciamiento etico carecia de originalidad, siendo mis o menos semejante al anterior. EL DECALOGO DEL PERIODISTA, SANCIONADO POR TIRES OONGRESOS EN AMERICA Por su part, el diarista mexicano Fl1ix F. Palavicini logr6 que el VII Congreso de la Prensa Latina reunido en la Habana en 1928 aprobase el siguiente decalogo: 1. Sed orgullosos del prestigio de vuestro peri6dico y ostentad vuestro penacho sin fanfarroneria pero con donaire. 2. En el diarismo la monotonia es un estado ag6nico, y la unifor- midad un caso mortal. 3. Sed oportunos; transformaos incesantemente; un periodista tie- ne que ser cada dia mis original que el anterior. 120