MORALETICA DEL PERIODISMO "La primera secci6n de este C6digo, por tanto, provee que de- bemos ser invariablemente sinceros en nuestra practice professional o sea que: 1. Debemos colocar la exactitud por encima de toda otra con- sideraci6n en cuanto escribamos, ya sea un editorial, un anuncio, una cr6nica o una informari6n. 2. Debemos interpreter la exactitud no meramente como la ausencia de una falsedad manifiesta, sino tambien como la presencia de todo cuanto sea necesario para prevenir que el lector pueda hacer una deducci6n falsa. sabilidades a las que dcbe mantenerse ajeno, puso como tema a la clase. para que localizara en 1l la tendencia, el siguiente suelto de un peri6dico de La Habana: MAT6 UN ASALTANTE A UN HOMBRE E HIRIO A OTRO EN CIENFUEGOS CIF.NFUEGOS, enero 15. (Por teligrafo).-Isidoro Perez, de 30 afios de edad, asalt6 en la carretera que va de esta ciudad a Ariza al senior Clemente Suarez, de 44 afios, que tripulaba una maquina. El asaltado hizo resistencia, por lo que P6rez, utilizando el cuchillo que le habia servido para la intimidaci6n, se lo hundi6 repetidas veces en el cuerpo, dandole muerte. Un anciano de 64 afios, Ilamado Julio Gonzalvera, que iba en la parte posterior de la maquina, trat6 de intervenir para evitar que Suarez fuera muerto; pero el asaltante tambien lo atac6, causindole varias lesiones. P6rez fue detenido por la Guardia Rural poco despu6s del hecho. Muchos creen que no tiene en buen estado sus facultades inentales.--Corresponsal. Fue el alumno Juan Emilio Friguls quien descubri6 la tendencia en el ultimo pirrafo de la informaci6n. A continuaci6n, el Autor, para de- mostrar la importancia de ese feo vicio periodistico y lo justificado de su impugnaci6n en el C6digo de Oregon, relat6 c6mo mediante un suelto similar, informative de un caso id6ntico, ocurrido en Texas, E. U., el Tribunal que conoci6 de la causa, a pesar de tender informed de me- dicos y psiquiatras que negaban la supuesta locura del culpable, se incline a la atenuante coaccionado por el abogado defensor que esgrimi6 como argument todopoderoso el echo de que los tres peri6dicos de la localidadf habian incluido en su informaci6n del suceso la version de la demencia. Sin embargo, hecha una minuciosa y reservada investigaci6n posterior, se descubri6 que las tres informaciones habian tenido el mismo origen pues el reporter que la obtuvo la facility de su puiio y letra a los otros dos compafieros, ausentes circunstancialmente del lugar de la ocurrencia, y 1l mismo admiti6 que la especie de la locura del criminal le habia llegado a trav6s del comentario irresponsible de un chauffeur de alquiler a quien apenas conocia de vista. (Ver el ensayo de Ernest Gruening sobre "Dangerous Tendencies in American Journalism", en Behold America, Samuel D. Schmalhausen, ed. Farrar & Rinehart, New York, 1931.)