OCTAVIO DE LA SUAREE su deseo, entonces, en vez de ser una bendici6n, es una amenaza para la comunidad donde se public. Hubo hace poco un caso notable de lo que significa aceptar el hecho de que un peri6dico pertenece al public. Lleg6 a Kansas City hace muchos afios William R. Nelson, desprovisto de dinero; con s61o el suficiente para comprar algunos tipos de imprenta y una prensa, con los cuales comenz6 a publicar un diario y a conducirlo por vias originales. Luego tir6 una edici6n de la tarde. Asi contribuy6 al crecimiento de Kansas City, crecimiento que le produjo murho dinero. Dispuso Nelson en su testamento que sus dos peri6dicos fueran de su hija finica y que al morir esta pasaran a ser de Kansas City. Hoy las entradas se calculan en un mill6n de d6lares. Al morir la hija, hace Docos dias, la propiedad de esos dos peri6dicos cuyo valor se calcula en diez millones, pas6 a los habitantes de Kansas City. "Sin embargo, el , como se le lamaba familiar- mente, no se foriaba ilusiones sobre la capacidad de los aaentes politicos para publicar un peri6dico. Dicha propiedad estari bajo la custodia de tres universidades, las que la manejarin por dos aios, al cabo de los cuales seri vendida y el product del interns del capital que se obtenga, se empleari en la compra de pinturas, esculturas, tapicerias y otras obras de arte que se colocarin en un museo municipal, cuya construcci6n esti asegurada por disposici6n de la viuda. "Seguramente, el peri6dico modern tiene su aspect commercial, cuya importancia no debe despreciarse, ni debe descuidarse el ma- nejo hibil del departamento respective por cuanto de 61 depend la capacidad del peri6dico para suministrar las filtimas noticias, sus articulos especiales y para emplear gente de talent, a fin de hacer el peri6dico fitil, interesante e instructive. Los anuncios han Ilegado a ser parte integrante del peri6dico, y la confianza en la informaci6n mercantile. hace de los anuncios una cosa muy esencial para los suscriptores. Las ilustraciones y redacci6n de los anuncios exigen talent de primera clase. El pfiblico espera mis y mis cada dia hallar en las columns de los anuncios informes sobre d6nde conviene comprar o invertir el dinero. Para hacer frente a esta exigencia, requi6rese una educaci6n mercantil especial. El pfiblico confia tinto en las columns de anuncios como en la estafeta pos- tal, el tel6grafo, el tel6fono o cualquier otro servicio piblico. Pero ahi terminal la misi6n del negocio. Si 6sta dicta en cualquier grado la political del director, si la ganancia que se desea afecta la opi- ni6n del peri6dico, 6ste se convierte en permuta o negocio y pierde el derecho de exigir la 6tica de una profesi6n y el honor que corres. ponde a una instituci6n. "Es necesario que haya complete cooperaci6n entire todos los que forman un peri6dico; y en los que se consideran grandes diaries, los que manejan el ramo del anuncio y del negocio en general ban Ilegado a apreciar, tanto como los redactores, que el caricter, la independencia y el servicio del puiblico son lo que constitute el