OCTAVIO DE I,\ SITAREE partidarios de Jefferson apoyaban el diario de Fhilip Freneau. Los diaries de los partidos politicos descendian a menudo a la acri- monia y a veres a la diatriba. Los redactores de las pasadas gene- raciones .olian defender para su subsistencia del favor politico y se desacreditaron por haberse convertido en simples voceros de hombres ambiciosos, o en expositores asalariados de intereses egois- tas. Mas por regla general su precaria existencia s6lo atraia hacia el periodismo a aquellos que sentian la necesidad de un medio de Ilegar al public y de guiarlo hacia la political y principios que ellos considerahan primordiales. Si la escasez de los anuncios y el pequefio nimero de suscriptores s6lo producian lo suficiente para evitar el hambre, el redactor se daba por satisfecho. Eso sucedia en los tiempos en que Nathaniel Macon, president de la Camara (61), escribia a John Randolph, de Roanoke, el exc6ntrico virginiano (62), atacado a la saz6n por los peri6dicos: "Un gobierno de periodistas seria un gobierno de hambrientos". "Hoy las cosas han cambiado. El diario en una ciudad populosa obtiene pingiies entradas. Se acab6 la tentaci6n de aceptar la impo- sici6n de contribuciones monetarias. La independencia fiscal, acre- centada por un circulo mis amplio de lectores, y una nueva fe en la eficacia de la prensa por parte de los anunciantes, han elevado a todos los duefios de peri6dico a la independencia econ6mica, y a algunos, hasta la riqueza. Pero cabe preguntar si esa libertad de [as preocupaciones monetarias ha producido en el periodista una devo- ci6n al bien comsin mis elevada y desinteresada, o si, al contrario, ha tendido a hacerle participe de las opinions de otros tenedores de crecidas rentas y a influir en la expresi6n de las ideas edito- riales. Si se -uscita una cuesti6n come la que actualmente (1926) se ventila en los Estados Unidos, a saber Si deberi aliviarse la carga de los impuestos primero en aquellos articulos que consume la clase obrera, o efectuarse la reducci6n antes y en mayor escala, en la clase que goza de mis rentas, se sentirian !os periodistas obligados a optar por la media que reduce sus propios impuestos, junto con los de las otras classes favorecidas o ejercerAn su influencia con ci fin de obtener un alivio inmediato para aquellos menos capaces de soportar los gastos de la administraci6n pfiblica? Esa pregunta es la prueba supreme a que debe someterse boy el periodista. (61) NATHANIEL MACON. (1758-1837). Naci6 en Edgecombe (aho- ra Warren). en Carolina del Norte. Pele( en la Guerra ,de Independen- cia de los EE. UU. Fue representante a la CAmara (1701-1815) y Sena- dor (1815-28). So distinguio por sus ironias contra la Prensa. (62) JOHN RANDOLPH. (1773-1833). Fu6 conocido por John Randolph de Roanoke (ciudad del Estado de Virginia). Descendiente de William Randolph, estadista americano. Naci6 en el Condado del Principe Jorge, en Va. Fu6 miembro de la Camara de Representantes (I799-1813). (1813-17), (1819-25), (1827-29) y senador de los Estados Unidos (1825-27) adversario politico de Tomss Jefferson despuls de 1805, orador brillante y agudo en sus ataques. Se opuso a la guerra del 1812 y al com- promiso de Missouri y en 1830 fu6 nombrado Ministro en Rusia. Tuvo un duelo sin consecuencia con Henry Clay el 8 de abril de 1826. Enloqueci6 en los filtimos afios de su vida.