MORAI.TICA DEL PERIODISMO La glosa de esa introducci6n del viejo Argos no puede ser mis elocuente para el fin que perseguimos. De una parte, Fer- nandez Madrid reconoce que tiene otras ocupaciones preferentes y con raz6n, como que era medico y agr6nomo, ademAs de politico y poeta. De otra, afiade que solo destinari al periodismo "los ratos. en que habia de ir al teatro o a los toros", "ses loisirs", que diria un frances. Y finalmente, tras el prununc;mieiriw .t estricta etica professional -no injuriar, no escla\izarte. pro ': ajustar la conduct a la obra, etc., etc.-, ayuda a estiblecer bi6n, a mis de un siglo vista, junto a la declarada carmncia econ6- mica vernicula del oficio de periodista, otro vicio qu: acabari de consolidar 6sta per secula seculorum: la colaboraci6n -spontinea y gratuita de las personas que quieran favorecer aqtel peri6dico remiti6ndole para la publicidad sus producciones (51). Este antiguo concept del periodismo como entretenimiento todavia es el mas formidable enemigo que tienen que combatir los periodistas profesionales que aspiramos a vivir de nuestro trabajo. La competencia inmoral que se hace de esa manera al periodista professional esti mis extendida de lo que parece, pues aunque el fen6meno adquiere caracteres peculiares en cada parte, es el mismo a apuntar. Aun en la actualidad, se libra feroz combat entire el pe- riodismo, torado como una profesi6n u oficio que absorbe todo el tiempo y las energies de quien lo practice y el que en cambio lo nutre y nutre a su familiar; y lo que loq franceses llaman "un m6- tier d'appoint" (un empleo complementario), propicio mnicamente para completar los ingresos que una persona determinada obtiene en bu mayor parte de su dedication q otras actividades. La diferencia entire paises como istria y Espafia, por ejem- plo, es, desde ese v'ati'c iderable. En Inglaterra, abu .me journalists", o sea los periodistas a ratos perdidos, de oL..,on. En Alemania, por el con- trario, no hay muchos pero los hay. Los nustriacos han abolido casi por complete el amateurismo periodistico. El cuadro espafiol en (51) En esa falta a la moralidad, Fernmndez Madrid se encontr6 bien acompafiado por la historic periodistica cubana, ya que el propio Papel Peri6dicQ de la Havana, en 1790, en su introducci6n, dice: "Los aficiona- dos que quisieran adornarl4 (la obrilla) con sus producciones, se servirin ponerlas en la Libreria de D. Francisco Segui que ofrece imprimirlas, cuando para ello hubiere lugar o no se tocaran inconvenientes, conservan- do oculto o publicando el nombre del autor segin 6ste lo previniere".