OCTAVIO DE LA SUAREE En efecto, moralidad e inmoralidad se han aplicado entire nosotros, preferentemente, a la vida sexual. Resumiendo, puede asegurarse que los concepts 6tica y moral deben su nacimiento a la reflexi6n filos6fica. La evidenria del juicio anterior salta a la vista apenas se in- dague en la entrafia de los vocablos moralidad e inmoralidad. Tendremos asi que moralidad es la condicidn de los actos hu- manos en raz6n de que son buenos o malos, conformes u opuestos a la ley natural. Kant afirma que la moralidad es la conformidad subjetiva con la ley y que reside en la intencidn. Inmoralidad, por el contrario, puede definirse como la falta de potencia para aquella condici6n. Para ningun pueblo, como para el espafiol y los otros por 61 colonizados, tiene la vida sexual tanta importancia; de ahi que esa limitaci6n equivalga a concreci6n. Una elocuente experiencia sobre 6sto se hizq hace meses en la Secei6n de Periodismo de cierta Universidad Norteamericana entire dos grupos de educandos: uno formado por espafioles e hispano- americanos; otro por anglosajones, quienes fueron invitados a opi- nar sobre la importancia de dos inmoralidades contenidas en los siguientes episodios: Primer caso: El Presidente Juan Jose Ar6valo, de Guatemala, invite un dia a visitarle al Director de cierto peri6dico que hacia una ardiente campafia contra el Gobierno acusindole de no realizar determinadas obras publicas, y, despu6s del saludo pertinente, le ofreci6 la carter del ramo, para que llevara a la practice todo su program. El periodista, en medio de la sorpresa, exclam6: --Y el dinero, senior Presidente; d6nde esti el dinero para hacer las obras? Ar6valo se ech6 a reir y contest: -Ah! iccn qu6 esas teniamos?... Usted sabe como yo que en el Tesoro Nacional no hay ni un centimo pero sostiene contra mi una campafia de mala fB (chantage), achacindome inactividades superiores a mis fuerzas. Pues bien: o cesa usted en el acto en su actitud por el peri6dico o yo revelare al pueblo esta conversaci6n. Segundo caso: John Smith, de Virginia, antes de los 35 afios de edad bati6 el record de los, divorcios en la localidad, al ha- berse casado y descasado once veces. Puestos a votaci6n los dos casos, el grupo de estudiantes espa- fioles e hispano-americanos vot6 por unanimidad que el del "casa- mentero" era muchisimo mis inmoral que el del Director del pe- ri6dico de Guatemala, mientras que sus compafieros anglosajones se produjeron en sentido contrario.