ARCHIVOS DEL FOLKLORE CUBANO demAs "ngangas", que con 01 se aconsejabas reconoci6ndolo su superior. El celador de policia le vigilaba temiendo tortuosos ma- nejos criminals en este negro enigmAtico, que pretendia ha- cer sortilegios y componer filtros amorosos, pero se hacia la vista gorda por las families que le protegian y porque miraba con injustificable tolerancia y puede tambi6n que con algo de supersticioso temor, la actuaci6n del taita, el que cuando pasaba por las calls hacia huir a los nifos medrosos y cuchi- chear a las comadres, que le sefalaban y hablaban de sus mi- lagros, sus curaciones y su poder malefico. Al comenzar el afio de 1895, las Autoridades espafiolas co- menzaron .a perseguir a Ta Inasio, que se habia hecho sospe- choso y que espaci6 desde entonces sus visits a la ciudad, per- maneciendo casi siempre en su choza, a la que era precise ir para poderle consultar. Poco antes de finalizar la guerra de independencia, regre- sando de una de sus correrias por las maniguas, de un modo misterioso, fu6 muerto To Inasio. Descubierto su cadaver, lo trajeron a Cardenas y las averiguaciones prxcticadas plara hallar al matador no dieron resultado alguno, por lo que, a poco, la causa fu6 sobreseida y Ta Inasio qued6 olvidado en una fosa del Cementerio, aunque el rumor piblico aseguraba que el temido "mayombero" se habia hecho peligroso a las autoridades, por estar en inteligencia con los mambises, sir- viendo de intermediario entire 6stos y los patriots de Car- denas y que en la misma alforja que conducia los trapos, ca- bellos, etc., para sus hechicerias, llevaba medicines, pertrechos, viveres y correspondencia, para los libertadores. Hermenegildo, a poco, ayudaba en sus maquinaciones al tristemente celebre "TomAs el Espiritista", otro de los explo- tadores que supo aprovechar la credulidad cardenense y el cual merece los honors de otra tradici6n, por sus aventuras y picardias en la Perla del Norte, que un buen dia lo expuls6 de la misma.