ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO inmoderado lujo en el calzado, como ya hizo la pragmAtica sun- tuaria de Monz6n de 1552, fijhndole el precio a todas sus classes. (1) Las negras curras no fueron menos en llamar la atenci6n con sus chancletas; con sus chapines, digamos, pues si chancletas traia Monipodio, como los curros, chapines traia la Escalanta y la Cariharta, novelescas hembras del hampa sevillana, como ricos y bordados chapines debieron de traer acaso en sus pri- meros tiempos las negras curras del hampa habanera . Sea dicho de paso y corriendo, la mujer cubana ha tenido siempre la coqueteria de su bonito pie y marcada predilecci6n por el calzado, como prenda que debe ser reajustada a su pie di- minuto y de muy alto empeine, que es de ellas earacteristico. Y tan exigente ha sido la cubana en sus zapatos, que ha logrado crear un tipo especialisimo de calzado, particularmente definido por la altura superlativa y forma rectilinea del tac6n, que ya es conocido en el mercado productor por cuban heel "tac6n cu- bano", una de las pocas cosas que corren por esos mundos como genuinas de Cuba. Para concluir, lease el siguiente phrrafo que describe las ne- gras susfis, pueblo situado en Africa algunos grades al sur de los yolofes ,y que parece escrito para pintar la figure de la negra curra de Am6rica. "Mis tarde, la joven pasa alrededor de su cintura el kordon- gui, especie de paio de color y de tejido muy variados, que cae hasta los pies (la saya). Los dias solemnes, durante las fiestas, la mujer susf de familiar rica, se pone vestidos muy amplios, muy semejantes a nuestras batas. Lleva ademis sobre las es- paldas una tela de dibujos brillantes, cuyos dos extremes cuel- gan por detrAs. Es el mafiligui (el mant6n de burato). Cd- brese de joyas muy pesadas y muy h6bilmente trabajadas. Sus orejas estin sobrecargadas por grandes aretes de oro de Galam. Numerosos collares de coral alrededor del cuello descienden hasta el pecho y el tobillo va rodeado por un anillo de plata maciza. Los cabellos quedan aprisionados por un pafluelo." (1) Y hasta Sancho di6 ordenanza semejante a sus sidbditos de la Barataria.