ARCHIVOS DEL FOLKLORE CUBANO guapos, especialmente en Andalucia, pais en el cual se ha loca- lizado con preferencia el flamenquismo, y donde puede obser- varse dicha forma de pantal6n hasta en gentes apartadas del hampa, pero particularmente en aquellos en los que, por nece- sidad o profesi6n, la guapeza o la majeza debe ser cualidad predominante, como por ejemplo el torero. Y no es impossible y si muy probable que con el tiempo, el primitive pantal6n de campana del curro se modificara por imitaci6n, en vista del im- portado por los guapos o, lo que es lo mismo, por los curros blancos, buena parte de los cuales debieron de ser tambien en Cuba de procedencia andaluza. Por otra part, es curioso y se presta a interesantes indue- ciones observer que el pantal6n de campana, desapareeido ya de Cuba con los curros y caracteristicos de esos representantes del hampa negra, se use tambien y mantenga aun entire los pa- rfsitos de la mala vida europea, como por ejemplo los apaches de Paris. Los camorristas napolitanos, que vienen a ser los curros de aquella deliciosa region italiana, tanto que C. Villa- verde al hablar de los curros los llama (en la acepei6n castella- na del vocablo) "camorristas" por indole y por hhbito, usan tambi6n esos pantalones acampanados. "Se harian irreconoci- bles si no fuesen los calzones anchos y oscilantes en los bajos (o cazone a campane), contraseiia segura y usual de la que no han sabido deshacerse". (1) Es ello tanto mis digno de nota cuanto que en los camorristas se encuentran otros rasgos de vestuario, propios de los curros del Manglar. Niceforo y Si- ghele escriben tambien a prop6sito de los ammon'iti romanos: "los j6venes visten trajes que las gentes del pueblo screen ele- gantes, son caracteristicos los pantalones de boca de campana." Estos pantalones acampanados se encuentran tambien como usuales entire los marines del comienzo del siglo XIX, y aun los conservan algunas escuadras. Los usa aun el campesino meji- cano, y he aqui otra encarnaci6n indiana del calz6n de cam- pana. Pero sobre todo, es curioso observarlo en la mala vida europea, que provey6 la chusma de las flotas metropolitanas, o sea entire los guapos de ultramar. (1) ALONGI. La Camorra, p. 56. VWanse, tambifn, esos mismos cat- zone a campane usados por otros miembros de la mala vida napolitana, en BLAzIo, La mala Vita a Napoli, pig. 232,