ARCIIIVOS DEL FOLKLORE CUBANO su calzado se distingue y hasta el modo de andar; las mujeres mismas usan sus distintivos, generalmente en el tocado." Complemento del atavio del negro curro era el pufial, que caracteristicamente llevaba siempre en la manga de la eamisa, pues en aquella su vida de continue lucha, no siempre leal, le era precise tener el arma a la menor distancia possible de la mano, sin llevarlo no obstante al descubierto. Oculto el pufal en la manga de la camisa, con la empufiadura hacia abajo, pres- taba al curro la confianza de su segura proximidad en .la inme- diata reacci6n defensivo-ofensiva contra cualquier imprevista agresi6n. Por esta raz6n, a veces el curro llevaba el pufial ocul- to en el pafiuelo, que solia llevar en la mano derecha; pero 6sto sucedia cuando iba preparado y resuelto a idar el golpe, no ordinariamente, pues asi no era possible, como es fdcil com- prender. Cirilo Villaverde (1) habla de las marcas hechas en el brazo izquierdo del curro Malanga, para indicar el nfmero de homici- dios cometidos, marcas que, sin duda, eran tatuajes, siendo ese detalle descriptive del novelist cubano el inico dato referente a dicha ornamentaci6n atfvica. Junto al negro curro figuraba la negra curra, cuyos vestido y adornos eran no menos caracteristicos que los de su compafiero. Grandes brazaletes de oro, como las gruesas argollas que pen- dian de sus orejas, costoso chal de burato de seda "por el cual pagaban nueve y diez onzas de oro" (2), medias de colors chillones, y especialmente un paiiuelo de seda atado a la cabeza y en la forma que muestra el grabado (Figura 1). Tenia tambien de comiin la curra con el curro, el chancle- teo, ese ruido particular que al andar se produce con los tacones de las chancletas, que todavia es una de las coqueterias de mu- chas mocetonas de 6bano, y que desde antiguo llam6 la atenci6n de los forasteros que nos visitaban. (3) Tan caracteristico de los negros curros fuM ese modo de ves- (1) Cecilia Valdes. PAg. 488. (2) Tipos y Costumbres, etc., pAg. 131. (3) V6ase por ej., el pirrafo descriptive de QUATRELLES (seud6nimo de ERNEST LEPINE) en su libro Un parisien dans les Antilles dice asi: "Sea pieds sustaient des chancletas en lambaux qui claquent sur les trottoirs."