ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO mero, y diciendo esto presentaba su pescuezo repasando la mano alrededor de 61 en figure circular expresando el dogal. Temien- do que se fuese a ahorcar, cosa muy comin entire los negros Ca- rabalies, trat6 de averiguar lo que queria. Pretendia enterrarlo lo mismo que a los blancos. Concedi lo que queria. Pronto for- man malamente una caja, le echan much hoja de plAtanos seca y encima le ponen el cadaver. Lo visten con su camisa, con su gorro en la cabeza, y lo envuelven en una coleha. Le ponen ademis una botella de aguardiente, una cachimba con tabaco, una hicana, un garrote con su cuero, que pertenecia al difunto mayoral, y muchas plumas de gallo por la cara y el pecho. Cay6 aquel mismo gallo, que el negro Santiago ha- bia amarrado a la puerta de la enfermeria para que le sir- viese de despertador en la noche durante el c6lera. Lo mis extravagant fu6 que le puso sobre el pecho una cruz de guano bendito, y varias lAminas de la Virgen, y Santos, que habia dejado el boyero en el secadero. Clava la caja, no permit Ilevarla en la carreta, temiendo de que se profane aquel cada- ver con el contact de aquella inmunda carreta, en la que se habian transportado tantos muertos. Entre ambos lo carga- ron, y en un lugar separado lo enterraron en el triste platanar. "No pudiendo atinar la explicaei6n de las ceremonies em- pleadas en la inhumaci6n de este negro, he preguntado a va- rios de la misma naci6n a que me explicasen los misterios reservados en las plumas, y en el garrote. Nadie me ha con- testado a mi satisfacci6n. Despues de algin tiempo, s6lo un negro muy rational me nombr6 una remota provincia y muy interior de Guinea en donde se practican las mencionadas ce- remonias y s6lo para con los que mueren muy distant de su patria. Cuando 6stos vuelven a renacer en su propio pais lle- van aquel garrote para apartar los perros que puedan mor- derno por no conocerle: el aguardiente y tabaco para el via- je. Las plumas de gallo significant, que en la hora en la que canta este animal, se debe hallar en su tierra para despertar sus amigos y parientes a que lo reconozcan, y lo admitan en el seno de su familiar despubs del cautiverio. Entonces empie- za una nueva 6poca de vida, y goza de nuevo de la paz y uni6n dom6stica junto con sus Dioses Penates. El mismo individuo