ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO a las Indias, y hasta i cosa curiosa e inverosimil a primera vista! en la misma metr6poli, especialmente en su emporio indiano de aquellas centuries, en la que aun es brillante, rica y culta, y fu6 antafio babil6nica, apicarada y muy grande urbe de Sevilla. Por eso, el studio de los negros curros es el de uno de los mAs pintorescos, singulares y simb6licos tipos humans de la vida hispano-colonial, engendro del picaro de Espafia en la sier- va de Africa, con medro en AmBrica. Digkmoslo desde ahora: el negro curro es el bastardo de Don Juan Tenorio con su negra esclava. Es la filtima y olvidada figure de la picaresca hispAnica, que el hispalense Mateo AlemAn habria llevado a la inmortalidad con s6lo pintarla en la tercera parte de su Guzman de Alfarache, si en 1608, al fondear en esta rada habanera la flote de barlovento, sus agobios pecuniarios no le hubieran privado de toda holganza en tierra y de curiosear el vivio criollo de los fiegros curros, hijos quizAs de una morena mondonguera con aquel gran picaro, que debi6 preceder a su na- rrador en su paso a las Indias, entonces "refugio y amparo de los desesperados de Espaiia", como dijera Cervantes; o bien hijos del burlador Loaysa con la negra Guiomar, la eselava bozal de El Celoso Extremeio,; o, en fin, de los refocilamientos de algfin empingorotado senior, como Don Pedro Rinc6n de la Fuenfrida o Don Diego Cortado del Pedroso, que tambien 6stos debieron de buscar remedio a sus zozobras en las amulatadas urbes cis- atlAnticas y granjearse en ellas holgada hacienda y honors, cual eran merecedores por las virtudes de su buen natural y las en- sefianzas de la academia de Monipodio, maestro famoso del hampa sevillana. (Cowtinard.)