LOS NEGROS CURROS llaron, cuil fu6 su historic y por qu6 causes brotaron en nues- tro suelo y se extinguieron al fin. Apenas se aficione alguien a nuestra literature costumbris- ta, u observe algo nuestra vida social, se sorprenderA de en- qontrar un tipo de delincuente p'erfectamente diflerenciado, que interest hondamente a nuestro pueblo, hasta los dias an- teriores al segundo tercio del siglo filtimo, que desapareci6 des- pues sin motives especiales ni aparentes y cuya memorial se mantiene ain viva entire nosotros, ayudada a menudo por las resurrecciones de dicho tipo criminal en los teatros de costum- bres cubanas y en las inocentes encarnaciones de las compar- sas y mascaradas carnavalescas de nuestra poblaei6n inculta. Ese es el tipo del negro curro, o por decirlo con la expresi6n habanera mas popular y mis hist6rica del mismo, ese es el tipo del curro del Manglar. Acerca de la naturaleza de 6ste no se tienen los prejuicios que tan frecuente se dan con referencia al brujo, y mis aun al idiiigo; pero todavia se ignoran totalmente cufles son las causes que hicieron possible la existencia del curro, cudl fu6 su combinaci6n o convergencia para la producci6n de ese tipo social, y hasta ni se explica a las claras la desaparici6n del mismo, cuando han sobrevivido robustamente hasta los pre- sentes dias del siglo vig6simo figures tan siniestras como el Mldigo y el brujo. El curro del Mangl'ar ha sido tratado como lo han sido el brujo y el f iiiigo, como sujeto de interns tan s61o para nues- tra literature de costumbres, pero no como objeto de interns sociol6gico, ni como tema cientifico de etnografia. Para llenar ese vacio se escriben estas phginas, con la se- guridad de que, cualquiera que sea su 6xito, siempre se habrA aportado alguna luz al conocimiento de una de las tres figu- ras peculiares de la mala vida cubana, y se habri heeho un nuevo esfuerzo en pro de la arqueologia y de la etnografia criminals, tan necesitadas de trabajos acerca de estos tipos afroamericanos, que por estar lejos del campo visual de los antrop6logos de fama, que viven y trabajan en otros ambien- tes lejanos, van quedando ignorados y perdidos para la ciencia.