ARCHIVOS DEL FOLKLORE CTfBAXO te de nifios; pero el tambor sigue desempefiando un puesto serio, tanto en la paz como en la guerra." Sin embargo, en ninguna parte como en Africa se le conoce y usa con mAs pasion, aunque se le encuentra entire los esquimales de las mis Articas regions. Los tambores de la segunda 6poca, formados con piel tendida y sujeta en forma mis o menos primitive, Holub los clasifica en tres tipos: cilnldricos, los que tienen forma de tubos; cdnicos, los que tienen un extreme mayor que otro y, por filtimo, en reloj de arena, que parecen dos tambores c6nicos unidos por su extre- mo mAs estrecho. Letorneau establece las 6pocas del tambor por la libertad o fijeza del cuero, segfin hemos visto; Holub, por su part, divide los del segundo period por la forma exterior del cuerpo del instrument, y mis en relaci6n con la clasificaci6n de Letour- neau puede hacerse una distinci6n de los tambores por el monta- je o amarre del cuero. Desde el punto de vista puramente des- criptivo, la clasificaci6n de Holub es utilizable, pero carece de valor cientifico. La forma del tambor no dice tanto al etn6grafo como el amarre del cuero, que es un verdadero exponente de inventive y capacidad meecnicas. Todos los tambores del se- gundo period mantienen la piel sobre la periferia de un extre- me, cualquiera quo sea la forma exterior del cuerpo del instru- mento. Si la fijeza del cuero sirve de fundamento para la cla- sificaci6n de Letorneau, la forma en que se obtiene puede servir para una subclasificaci6n cientifica. En efecto, la tensi6n de la piel puede ser variable o invariable, segfin sea o no possible obtenerla sin deshacer el tambor. Un tambor en reloj de arena no traduce superioridad etnogrffica sobre una forma cilindrica. En cambio, un pequefio tambor de esta forma es superior a un gran modelo del otro, si en 6st la piel esta asegurada por clavos y en el otro por cuerdas torcidas, hfbilmente dispuestas, que permiten modificar la tension del cuero. Por esto, los subdivi- dimos en tambores de sujecidn o de tension permanent, los que no permiten estirar el cuero una vez puesto, y tambores de ten- si6n variable, los que, por medio de cuerdas y cutas, dejan esti- rar el cuero a voluntad del ejecutante. La forma, el tamafio y el amarre del cuero no tienen relaci6n con la forma de tocar los tambores, que se hace siempre por per- cusi6n. En la manera de hacerla pueden distinguirse dos for-