JIGOES Tradici6n Cubana. POR ANTONIO BACHILLER Y MORALES En todos los paises de la tierra han existido con mAs o menos extension, las absurdas creencias en el poder sobrena- tural de los hechizos y brujerias. La historic de la edad media y aun la modern nos presentan ejemplos repetidos y numerosos de procedimientos contra las brujas y hechiceras, y principalmente en Italia apenas ha podido el tiempo hacer olvidar esas funestas creencias. Cualquiera que vea a hombres tan sabios como el cardenal Borromeo confundir con encantos los fen6menos de la naturaleza, disculparh de su error al ig- norante vulgo. En la Habana y en toda la Isla se crey6 tambi6n en brn- jos; y ya muy adelante el siglo XVIII mand6 el Alcalde D. Antonio Barreto hacer pesquisa y averiguaci6n en los autos seguidos contra el negro Miguel, por ineendiario, para ver si por los efectos que se encontrasen en su bujio o bohio, se ve- nia en conocimiento de si tenia o no parte con el diablo. El hecho no era para menos; el reo recibi6 muchos balazos a booa de jarro y no pudieron quitarle la vida. Los cubanos aborigenes tambi6n tenian sus brujos, y, lo que es menos sa- bido, tambi6n tenian sus enanos misterioos a los que, como los que ha creado la imaginaci6n alemana, le atribuian un poder sobrenatural. Como en Alemania el misterio salia de la selva y venia en