ARCHIVOS DEL FOLKLORE CUBANO No les extrafia que un carro march sin vehieulo que lo tire, porque sus juguetes, dindole a una cuerda, hacen lo mismo, y el autom6vil y el carro electrico y la locomotora deben tener tambi&n su cuerda; ni les asombra ver que grandes buques cru- cen los mares, ni que aparatos que parecen pAjaros surquen los aires, cuando sus cometas y sus botecitos, nadan en los charcos y se sostienen en el aire. Y aun mis, a los niofs ma- yorcitos de 11 a 12 ailos se les oye hablar de motors y gasoli- na y electricidad, como de la manipulaci6n de un aparato ci- nematografico, de una cmara de impresiones o de la atracci6n del pararrayos... En este nuestro Siglo de electrodes, y radio y rayos X, en que el telefono, el autopiano, el fon6grafo y la radiotelefonia estan al alcance de la experiencia infantil, el nifio eubano, como el nifio americano y e leuropeo, pierde en ingenuidad. La fuerza progresiva de las ciencias, descubre ante sus ojos, la vi da en sus mfiltiples fases, y sus cerebros, por el poder educa- tive de los objetos, que sus sentidos palpan, se desenvuelve y evoluciona con rapidez, lo que undo a lo splanes de la ense- fianza modern, itoda sentidos! al valor de la intuici6n y al infljo del medio, hacen que un niio de cuarto grado, con una edad media de 10 a 12 afios, posea una preparaci6n suficiente para no ser engafiado, preparaci6n que serA en su future adul- to, la experiencia y la defense de su vida. DespuBs de las mufiecas, con quienes las nifias remedan la vida del hogar, los juegos mis corrientes en ellas, son los can- tos de corro y el juego americano de los jacks, que ha venido a substituir a las antiguas chinatas o tejitos, principalmente en los nifios de las ciudades. Oyense en esos corros, antiguos romances espafioles, los que, "completamente apartados de la poesia artistic, van vivien- do en boea de los nifios, que lo olvidarAn mafiana." (1) El romance de Santa Catalina, el de Las Sefias del Esposo, el romance hist6rico de Alfonso XII, la canci6n francesa del Mambrfi, y e Iromance dramatizado Hilito de Oro, son, (so- bre todo, el primero y filtimo), los cantos predilectos en los co- rros de nuestras nifias, en los que "a veces, el juego abando- (1) Chac6n y Calvo. Obra citada,