ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO que da para la cocina. No le den de comer... Ni tampoco de beber... -Hermanita, si eres mi hermana, me dards un vasito de agua, que este pecho se me abrasa y este coraz6n se inflama. -Hermanita yo te la diera pero el rey padre no quiere. -Mamaita, si eres mi madre, me dards un vasito de agua, que este pecho se me abrasa y el coraz6n se me inflama. -Hija mia, yo te la diera pero el rey asi no quiere. A los nueve dias siguientes, Angarina muerta estaba, y los angeles del cielo repicaban las campanas. En el cuarto del reycito, los diablos y los diablitos; en el cuarto de Angarina los angeles y querubines. III Entre las varias narraciones en prosa que me han sumi- nistrado amigas y condiscipulas, estimo como la mas intere- sante la siguiente, que me hizo una negrita costurera: "Erase un hombre casado que tenia una hija muy bonita que se llamaba Delgadina. "Cuando su madre salia su padre la enamoraba y cuando su mama venia Delgadina todo se lo contaba; porque ella no queria enamoretas de su papa. "El papa vista la oposici6n de Delgadina la encerr6 en un cuarto obseuro al pie de la cocina y sin comer ni beber. "A los pocos dias pas6 el hermanito y dijole Delgadina: