ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO Otras, contenian critics veladas contra algfin padrino que se habia mostrado poco espl6ndido en la parte instrumental de la funci6n, capitulo 6ste que corria siempre a su cargo: Si el amo de la fiesta me hubiera avisado, la misica enter le hubiera manidado. Y por iltimo, cuando se aproximaban las diez de la noche sin que el patron ofreciera los dulces y la refreseante agualoja -especie de ponche preparado con agua hervida con azicar, canela y clavos, y alcoholizada con una pequefia dosis de aguar- diente de calia-algfin visitante de buen humor solia apre- miarle con algfin cantarcillo heeho para el easo: At amo de la fiesta le vengo a decir que me d6 la -agualoja, que me quiero ir. i Las diez de la noche! i Hora en que parecia prudent po- ner fin a los regocijos en aquellos tiempos patriarcales! Los concurrentes, despues de requerido el reloj, se despedian hasta la pr6xima velada. Y mientras en pequefios grupos se di- rigian a sus hogares por las obscuras calls de Bayamo, rea- nudaban los j6venes sus interminables plAticas de amor; los viejas comentaban los lances de la fiesta,-tan distinta, ay! de aquellas lejanas en que mayo alborozaba sus corazones- y los hombres maduros continuaban la charla comenzada jun- to al altar de cruz,, critincando los desaciertos del gobierno o la ineficacia del partido reformista, y conviniendo en que tenian raz6n C&spedes, Aguilera, Figueredo, y otros pr6ceres bayameses, cuando afirmaban que los problems politicos cu- banos no tenian mas que una soluci6n, una sola...