ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO con la oficialidad y parte de la dotaci6n del buque, asisti6 a esa misa. Hace mis de un siglo y los alrededores del lugar donde se celebr6 la primera misa permanecen deshabitados. Cerca a ese paraje, situado junto al mar, al N. O. de la ciudad de Cardenas, est,' el embarcadero de La Siguapa y la cueva que se abre en la base del pared6n es la llamada Cueva del MlIarto, que ha me- recido los honors de una tradici6n algo fantistica que el notable historidgrafo Alvaro de la Iglesia le dedicara en las interesantes pginas de sus Cosas de Antaio. Qui es la Cueva del Muerto? Qu6 base tienen los fervo- res que le ddican las gentes sencillas de CArdenas y de la pro- vincia de Matanzas? Tomemos de la mano al lector y recabemos su silencio, que vamos a levantar la cortina del misterio y son estos mementos de recogimiento y tranquila expectaci6n al abrir una ventana que se abre sobre lo desconocido. La Cueva del Muerto, I es un mito? No; la cueva existe; la hemos visto; sabemos que El Muerto tambi6n existi6 y que entire aquel pobre s6r de vida solitaria que di6 nombre a esa grieta y esta misma. medi6 la relaei6n que entire algunos santos y la choza o la cavidad que les di6 abrigo, hubo, en los tiempos en que habia santos. Pero es que la muerte de un hombre en una gruta, puede impresionar a las gentes hasta el punto de beatificarle de un modo que pudi6ramos llamar extraoficial? No: de ninguna manera. Pero en este caso concurren deter- minadas circunstancias misteriosas que dan origen a conjeturas e hip6tesis, las que se resuelven en career sobrenatural lo rela- cionado con el cadaver hallado en la cueva junto a la cual se celebr6 la primera misa. Juvenal, satirico y esc6ptico, bromeaba con que a los egip- cios, hasta en sus huertos, les nacian dioses. Y no s6lo a los egipeios, a los pueblos que no han tenido relaci6n con la region africana en que rein6 Sesostris, les ocurre algo parecido. To- dos necesitan career: los unos en poderes espirituales, los otros en dioses materials, aquellos en evoluciones sustanciales; los hubo y los hay que se prosternan ante el sol, el fuego, una vaca, que creen en comunicaciones psiquicas; g por qu6, pues, habria de