ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO Los campesinos, por la constant observaci6n de la naturaleza, llegan a determinar la presencia de muchos fen6menos que pre- veen y anuncian con sorpresa de los sabios que para descifrar las cosas emplean muchas noches de studio y desvelos, con auxi- lio de aparatos y de laboratories que en ocasiones no les dan tanta infalibilidad como aquel que dice: "Va a Hover porque me cduelen los callss; y lnueve! El papalotero sabe a concien- cia que cuando el viento sopla del Este hacia el Oeste, hay buen tiempo, fresco y seco. Cuando sopla del Sur, trae nubes y agua. Si viene del Norte, ello es anuncio de frio y cuando bate, raras veces, del Oeste hacia el Este, temporal seguro, cicl6n, rachas huraeanadas y hay que preparar las trancas para cerrar y ajus- tar bien puertas y ventanas. Una, brisa fuerte y sostenida, de- liene el agua; un cambio brusco y calma refine las nubes y rom- pe el aguacero. La brisa del Este empieza sobre las tres de la tarde; a las seis, con la caida del sol, el viento disminuye y muchas veces es tan debil que el papalote no puede tenerse en el aire. Un papalote ya remontado, alcanza las corrientes mfas altas, que son mas vivas y require cierta mafia mantenerlo en plans superiores para que no termine el juego. En el arte del papalote hay dos palabras que deben figurar tambi6n con todos los honors en la nomenclatura del juego; Cstas son tabardillo e insolaci6n, o sean dos enfermedades a ve- ces muy series, que oeasionan el permanecer much tiempo ex- puesto a los rayos del sol, que queman la piel y produce gravi- simos trastornos en el organismo human. Con ocasi6n del papalote no debemos olvidar que ocurrian frecuentes accidents muy lamentables. Era muy comfin la caida de muchachos y de hombres a la calle y a los patios de las casas con fatales consecuencias, y las cuchillas mismas puestas en los rabos del juguete producian cortadas y heridas de gravedad, como una que recibi6 Juvenal, mi pobre hermano, muerto prematuramente, que por varios afos mostr6 una larga -icatriz de un lado a otro de la cara por un accident que sufri6 con una navaja de vidrio, la que le dividi6 en dos completamente la nariz. Un negrito de doce afios, volaba un papalote en el mirador ed la casa del Notario Galletti, situada en San Miguel 51. Sin poder decir c6mo, cay6 del muro en que se habia encaramado; al rodar hacia abajo en el vacio, di6 un topetazo sobre una corni-