ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO l!o, en su Verdadera Historia, pone en boca de Hernin Cortes y sus compaiieros viejos romances, que son muchas veces el oportuno comento a las peripecias del viaje. Cierta vez, cuenta Bernal Diaz, al oir los tristes vaticinios que hacian sus compa- fieros al conquistador, lleg6 un caballero que se decia Alonso Herndndez Portocarrero, y dijo a Cort6s: "Pareceme, senior, que os han venido diciendo estos caballeros que han venido otras dos veces a tierra: Cata Francia, Montesinos cata Paris la ciudad cata las aguas del Duero, do van a dar a la mar. Yo os digo que iris a las tierras ricas, y sabeos bien go- bernar." Luego Cortes entendi6 bien a que fin fueron aquellas palabras dichas y respondi6: Denos Dios ventura en armas como al paladin Roldin. Como tradici6n much mis modest, predominan en la ame- ricana los asuntos fabulosos sobre los hist6ricos. Cuando explo- re el folk-lore de mi pais, no encontr6 un solo romance puramen- te 6pico: todos eran novelescos predominando en los mismos los de acentuado caricter lirico. El del Conde Olinos es de los mas raros, como lo es tambien en toda la Am6rica de habla espafiola y en Espafia misma. Fu6 en Santa Maria del Rosario, mi silen- ciosa ciudad native, donde recogi una pobre version del Conde Olinos, muy adulterada en verdad, pero la finica que sobre el tema, seg6n creo, existe en toda la Isla. La iban cantando los nifios formando una gran rueda; cuando comenzaba el diAlogo, muy corto easi siempre, se detenia el baile y hablaba uno solo de los nifios; continuaba despues el acompasado movimiento de los que formaban la rueda, que era como el coro de la esbozada acci6n dramAtica. La version era esta: Mafianita de San Juan Se levanta el Conde Nilo, a dar agua a su caballo en las orillas del mar. Mientras su caballo bebe, l1 se ponia a cantar;