FIGURES DEL ROMANCERO y en la tierra de Don Diniz un verde, verde olivar. Las ramas tanto crecian que un arco van a former; mand6 el rey cortar las ramas y las pone en el altar: de ellas nace una paloma, de l1 un gavilan real; mas el rey embravecido, los manda lazos armar. Volaron ala con ala, para siempre se abrazar, volaron pico con pico para siempre se besar, y tanto y tanto volaron que se fueron por la mar. De las numerosas versions portuguesas es 6sta la que mis analogia guard con la castellana. Se conserve con toda pure- za el tema lirico primitive; con mas instinto portico que en los romances de Asturias se omiten los pormenores de la lucha; la canci6n se desenvuelve rapida, ganando en intensidad su parte dramitica; por filtimo, el verso final es como en Conde Olinos, un verso abierto a todas las perspectives, un verso que no pa- rece acabar, indefinido, como el curso propio de la pasi6n avasa- lladora que lo ha hecho nacer. El romance es comunisimo en Portugal. En los romanceros de las islas (el azoriano y el de Madera) es uno de los temas centrales. La tradici6n oral, con sus formas rdpidas de transmisi6n, lo divulga tambi6n por Ame- rica y llega a ser uno de los cantos populares del Brasil. Por el mismo conduct, aunque no por la tradici6n portuguesa, sino por la castellana, como es l6gico, lo recibe Cuba. El espiritu del viejo lais que en el siglo XII divulge Maria de Francia, perdu- ra en una canci6n de los nifos de Cuba que yo recogi hace tiempo. Los viejos romances fueron a America con la conquista. "Cada conquistador, ha dicho un gran medievalista, cada mer- cader que se hacia a la mar, llevaba entire los mis tenaces re- cuerdos de la infancia un gir6n del romancero, que alli en la expatriaci6n evocaba en cualquier trance de la vida nueva, re- novando soledades de la tierra natal." Bernal Diaz del Casti-