ARCHIVOS DEL FOLKLORE CUBANO Don Diniz muere de amores por la infantita real; asi que el rey lo ha sabido lo mandard a desterrar. En cuanto el caballo bebe empieza 61 a cantar; el rey que estaba durmiendo, mal lo acaba de escuchar. Venid ace, hija mia, old un dulce cantar, son los angeles del cielo o las sirenas del mar. No son los Angeles, padre, es bien otro ese cantar, que es Don Diniz con saudade que me viene a enamorar. Si es Don Diniz, hija mia, yo lo mandar6 matar, que es bien que me d6 su vida desterrado que hace tal. En la hoguera que ha de arder luego yo me he de quemar, y en la cueva en que lo entierren tambi6n yo me he de enterrar. Las campanas de Palacio doblan, doblan sin cesar, que a Don Diniz lo han quemado y la Infanta muerta esth. Muertos son los dos amantes, que yo los vi enterrar. 61 en medio de la Iglesia ella al pie del mismo altar. Han pasado ya tres dias; a los tres se ope el cantar, el cantar que el rey oyera en las orillas del mar. Pasados otros tres dias, esto si que es de pasmar, en la tierra de la infant naci6 un hermoso rosal,