ARCHIVES DEL FOLKLORE CUBANO segin dice el historiador Pezuela (1), "con un s6lido cortinaje abalartuado que cubre todas las casas que miran a la bahia y terminal en la puerta septentrional de la Punta." A tres mi- llones de pesos fueries ascendi6 el costo de esta magna fortifi- caci6n, que si hoy hubiera sido un juguete para la artilleria modern, era entonces mins que suficiente para resguardar la Habana, no tan s6lo de las frecuentes incursiones de corsarios y pirates, sino tambien de otros ataques tan series e importan- tes como el que realize en 1762 la Armada inglesa, que si bien fui un 6xito complete para la Gran Bretafia, se debi6 principal- mente a la imprevisi6n e impericia del Gobernador Portocarre- ro y a la superioridad de las fuerzas inglesas. Fub defendiendo nuestras antiguas fortalezas como murieron heroicamente Ve- lasco y Pepe Antonio. Seis eran las puertas que abrian todo el recinto amurallado: las de M\onserrate, Col6n, Punta, Nueva del Arsenal, de la Tenaza y de Tierra, y mis tarde la de Luz. Con el ensanche de la ciudad se hizo necesario el derribo de las mu- rallas, que comenz6 durante el mando del general Dulce. El primer lienzo de basti6n que cay6, el 8 de Agosto de 1863, fu6 el que correspondia a las calls de Empedrado y Animas, donde hoy se alzan la casa-palacio del Marquis de Pinar del Rio, el teatro Actualidades, etc. La primera fAbrica que se levant6 en esos terrenos terrenos fuo el teatro Albisu, en 1868. Veamos ya c6mo recibian a los Reyes Magos en aquellos feli- ces tiempos en que se amarraban los perros con longanizas y al volver una esquina, podiamos, o mejor dicho podian ellos, i di- chosos habaneros!, tropezar con una pelucona. En la tarde del 5 de Enero, vispera de los Reyes, y a la luz mortecina de los escasos faroles-casi tan escasos como ahora-que entonces alumbraban las calls de la Habana, le era fdcil al tran- seunte que por ellas se aventurase distinguir numerosos grupos formados por pillos y vagos, mayores y menores, que producian con latas y cencerros ruido ensordecedor. Era 6sta la comitiva que acompafiaba a cada uno de los elegidos ese aiio para que fuera a recibir a los Reyes. Presentemos al personaje principal de esta que hoy llamaria- mos nutrida manifestaci6n: Don Pancho, o Don Pepe, o Don (1) Diccionario Geogrdfico, estadistico, hist6rico de la Isla de Cuba, tomo 39, pAg. 59.