ELETIRO DE PERIODIBTAB EL PERIODISMO EN LAS NUEVAS DEMOCRACIES Por Julio CESAR SILVESTRE Hace algunos afios hubiera sido dificil formarse un concept diAfano del pe- riodismo como profesi6n. Porque si es verdad que muchos periodistas cobraban por su trabajo, como buscadores de noticias, o por sus escritos doctrinales, no escasa part de estos compafieros, que se desenvolvian en peri6dicos de median importan- cia, no exigian el pago de su labor, que dicho sea de paso, no parecia ser sino la coo- peraci6n entusiasta de artist, en funeiones literarias, o del ciudadano interesado en situar sus puntos de vista en el ambiente local. El periodista solia no reclamar emolumentos, y muchas veces acudia a ofrecer, en calidad de "dilettante", su cola- boraci6n gratuita. Esta situaci6n se mantiene en parte y much mas ocurre en el interior de la Repdblica donde se hace mAs dificil el sostenimiento de empresas periodisticas solventes, y consecuentemente, la profesionalidad del periodista, suce- diendo entonees que florece' un periodismo espontAneo, que se ejerce libremente sin otra preoeupaci6n que la de contribuir al mejoramiento de las instituciones pdblicas, de las condiciones de vida en cada localidad, o al desarrollo de las artes, las ciencias y las ideas. Este periodismo se hace con sacrificio, con abnegaci6n. Nace del pue- blo, cuyas ansias refleja, cuya censura manifiesta. Con vestido mAs pobre, con me- nores recursos, pero con tan puros ideales y acaso con mayor desinter6s, se mueve en los predios de la opinion cumpliendo su parte en el papel fiscalizador de la Prensa. Al lado de este periodismo sencillo y modesto, hace su vida el otro, el periodis- mo de grande ediciones, de nutridos cuerpos de Redacci6n, de tdcnica modern, de n6mina, en fin. Es el periodismo de la Capital, o de cabecera de provincia, soste- mido por fuertes capitals y que responded a grandes intereses. Aqui es donde se hace evidence la profesionalidad del periodista. Aqui es donde la funci6n del homr bre del peri6dico adquiere esa caracteristica mAs actual, mas propia de nuestro tiem- po, como al artesano correspondi6 luego el obrero asalariado. Muchos se preguntan si en la sociedad del porvenir se reducira al minimo la clase periodistica, si con el advenimiento de nuevos medios de expresi6n del pensa- miento, el periodista se verA disminuido en su condici6n y en sus oportunidades. Nada puede predecirse sobre esto. En los primeros moments pareci6 que la Radio iba a absorber la atenci6n pfiblica quitandola de los peri6dicos impresos, y no fu6 asi. El periodismo radiado hace una funci6n complementaria, que despierta el in-