RETIRO DE PERIODISTAS Mi amor a la verdad hist6rica me hace confesar aqui pfblicament", lo que no dije entonces ante los directors de la empresa propulsora del trigo cubano: al fin decepcionados los primeros colonizadores de America, acabaron por consumir el ca- sabe de los indios, mientras traian los galeones espafioles la harina necesaria. Aceptada, ya sin escrfpulos, la encomienda de proclamar las ventajas del cultivo del trigo, asi lo hicimos, si no con 6xito apreciable por el moment, dejando en cam- bio ideas flotantes que tal vez no faltara algin Amadeo 'L6pez Castro que las recoja en el porvenir. Cada sabado, con puntualidad explicable, nos dirigiamos Ayala y yo, a la "Pa- nificadora" donde charlabamos cordialmente con Don Antonio Rivero, persona bon- dadosa y antiguo corresponsal en Madrid de "La Lucha" y delegado de nuestros fabricantes de tabacos. Alli recibiamos instrucciones para la campafia y algo s6- lido tambidn. Todo se acaba en este picaro mundo, aun las propaganda dignas de verse coro. nadas por el 6xito. Un sAbado fatal nos dijeron finamente que se habia acabado para ncsotros... el pan de piquitos. La gran huelga en la 6poca de Don TomAs, acab6 a farolazos y derrib6 al Mi- nistro de Gobernaci6n Dr. Diego Tamayo que se oponia a las represionee contun- dentes. "La Discusi6n" pedia entonces que "pegaran fuerte", y por hacerle easo las autor'ddes tomaron medidas de esa indole, frente a los tumultos callejeros. Una de las primeras victims del cambio de political contra los huelguistas, lo fu6 este modesto reporter que curioseaba realmente en los alrededores del Palacio Municipal. La carga policiaca, en la que no sufri perjuicio considerable gracias a la retirada vertiginosa hacia uno de los caf6s de Obispo, fu6 ordenada por el capi- tAn Federico de la Cruz Mufoz, colaborador po6tico e intimo amigo de mi peri6- dico. iNi siquiera tuve el consuelo de protester del atropello, porque el criterio re- presivo habia triunfadol Me enter despu6s, que el hoy respectable Presidente del Direetorio del Retiro. entonces reporter de "El Mundo" habia sufrido tambi6n ligero contact con la fuerza pdblica en el mismo frente de batalla. Estaba alli "Morenito" obligado por su deber informative y por el buen prop6sito de proteger a un vendedor de su diario matutino, lesionado en una de las refriegas de aquel tormentoso dia. Se oyen voices en el cuarto de Alvaro de la Iglesia. No es cosa rara pues el autor de las "Tradieiones Cubanas", era muy dado a exteriorizar ruidosamente sus impresiones, sobre todo ante los despachos y correspondencias de provincias. --Qu6 bhrbaro, pero qu6 bArbarol -tQu6 pasa don Alvaro? -Tengo aqui este telegrama de nuestro corresponsal en Los Pedregales. Dice sencillamente. "Me coniplazco en comunicarle el I':llecimiento de mi senior pa- dre". ;Tna)lanIL'