RET]3O DIE PERIODISTAS Ahora sucede todo lo contrario. Se anuncia, por ejemplo, la constituci6n de un organism a travys del cual las naciones se comprometen a no intervenir en determinados focos de perturbaci6n, y las naciones informants de la entidad neutralizadora del conflict, intervienen direct o indirectamente en sentido in- verso al prop6sito com6n. Por otro lado, existed contraposici6n entire las detel- raciones que haeen los jefes de gobiernos y las realidades que se produce a traves de las acciones reales. En ese ambiente de informalidad de la political actual, aunque se disponga de excelentes fuentes informativas, y a muchas millas de distaneia de los heehos, c6mo puede el comentarista ajustar sus calculos del future sobre las bases de lo que realmente acontecet Hay s6lo una f6rmula: poseer datos precisos en torno a la filosofia political de cads naci6n y estudiar cuidadosamente las caracteristicas de sus jefes. Si nosotros tratamos de analizar una declaraci6n de Chamberlain, hay que re- lacionarla, en sus derivaciones, no con lo que pueda pensar y decir el parlamento britanico, sino con el punto just en que esa declaraei6n pueda herir, o afeetar favorablcmente, a los intereses de la Gran Bretafia. Si la declaraci6n proviene de Eduard Daladier y 6ste no cuenta con un voto de confianza de la Camara de Diputados para pronunciarse con determinado de- lineamiento, entonces si hay que pensar en las reacciones parlamentarias de acuer- do con el rol que desempefan en esos instantes los partidos politicos. No qucremos decir con esto, que el parlamento ingles carezca dle soberania, digamos por caso; pero recordemos que en eierta oeasi6n un Ministro britanico dijo, y la mayoria no protest, "que sobre las opinions populares, en Inglaterra estaban los intereses del Imperio". Tratfndose de Mussolini, no es prudent estimarlo much cuanlo hlabla del Imperio Romano, ni de su hegemonia totalitarian en el MediterrAnco, porque son bien conoeidas las condiciones psieol6gicas de los herederos de D'Annunzio, de tono efectista en cuanto al habito de situarse al margen de las realidades, a fin de obtener beneficios colaterales. Sabemos que Mussolini necesita dinero, y no tierras. Italia, bajo el regimen actual, no ird nunea a la guerra sin tener antes seguridades de lo que va a ganar o de lo que va a perder. Comparado con Hitler, el Duce es el estadista de Europa, a quien Inglaterra tolera sus jactancias, con el fin de que en Roma impere orden interior relative. El Reichsfiihrer es otra cosa, porque la filosofia nazi pretend desarrollarse, sin engafios, sin vacilaciones, y animadas por verdaderas exigencias estatales de indole racial, a costa de los pueblos que no sustentan esas ideas. Estai comprome- tido fundamentalmente a ejecutar su program racial. Mussolini es capaz, si lo dejan, de actuar en la misma forma; pero nunca prenderi direetamente el polvorin europeo para conseguir soberania sobre tierras ajenas. Consigui6 a Abisinia, porque se le cambi6 a Francia e Inglalerra por aquella su orden de enviar tropas contra Hitler cuando 6ste quiso anexarse Aus- tria. Estos son ejemplos de lo que ha de tener en cuenta un periodista que se de- dique a las cuestiones internacionales, cuando trata problems relacionalos con un pais en particular y sus proyecciones exteriores. Ademas, muchas noticias y declaraciones oficiales, hechas con insincerilad y con un sentido egoista, tienen que ser aceptadas por el comentarista con much*