RETIEO DE PERIODISTAS En suma: Escobar no apostolaba ni aspiraba :i i eduntor: era, sencillamente, un admirable cronista, pleno de sano humorismo, le talent y savoir faire, no superado por ninguno de la clase, asi en Cuba, so pa's natal, conio en Espaiia y otras naciones de habla castellana. Este concept estricto de la profesi6n le permit:: a Eseobar disponer libre- mente de su pluma y colaborar, con o sin firm, en mis de un peri6dico, a la vez, sin necesidad de renunciar el puesto de redactor fijo que desempefiaba en uno de ellos; y de esta suert,, pudo en cierta ocasi6n, sosten':r una intcresante polmica consigo mismo, en dos diarlos antag6nicos, razonando y argumentando con igual fuerza persuasive en ambos escritos, como una travesura genial. El easo ocurri6 siendo Escobar redactor del diario integrista "La Uni6n Cons- titucional", 6rgano del conservatism colonial, que ediitaba a sus expenses (mis que a las del Partido) Don Manuel Calvo, riquisimo accionista de la Compafin Trasatlntica Espafiola, de la que era consignatario y una de cuyas debilidades -del consignatario, no de la Compafiia- era Antonio Escobar, quien con tal pro- tecci6n conserv6 por largo tiempo su pesto en "La Uni6n", no obstante la oje- riza que le habia torado el director occasional Elices Montes, escritor mediocre a quien nuestro compatriota Ilamaba burlonamente "Felices Noches" eada vez que entraba en la redacei6n. Este odio reconcentrado y no exento de envidia, hizo que el senior "Fe- lices" mas de una vez fuese en queja ante el propietario Calvo, dici6ndole que Escobar estaba escribiendo an6nimamente en "La Discusi6n" de Santos Villa, sosteniendo teorias disolventes y contrarias a la ideologia political de "La Uni6n". A lo que Don Manuel, que no deseaba prescindir de aquella pluma que tanto prestigiaba a su diario, respondia, invariablemente: "No haga usted caso de chis- mes. Esas son habladurias; Escobar esta bien retribuido aqui y no tiene por que il a trabajar a otro peri6dico". Sucedi6, empero, que un dia Escobar escribi6 equivocadamente la direcci6n de los sobres y en el que debia meter el articulo "en pro", destinado a "La Discu- si6n", guard el trabajo "en contra" escrito para "La Uni6n", cometiendo igual error con el sobre dirigido al diario conservador. Recibida por el Director Montes la prueba escrita de cuanto se decia sobre ]a colaboraci6n de Escobar en otro diario, corri6 sin demora al despacho de Cal- vo para decirle: "Vealo usted Don Manuel: no son habladurias: aqui estA la prueba de la traici6n de Escobar: 6sta es su letra y este es el articulo que man- daba a "La Discusi6n", combatiendonos". Y tras unos segundos de silencia, el furibundo Elices. easi ahogado por la ira, pregunt6 al viejo editor: Vd. me dirf, despu6s de 6sto, que hacemos con el se- fior Escobar y con estas cuartillas". -Pues nada: (repuso sonriente Don Manuel) made usted ese original a "La Discusi6n" y que nos devuelvan el nuestro que debe estar alli. Es una equivoea- ei6n de Escobar, sencillamente, pero no tiene importaneia". CORTESIA DE KODAK CUBANA LIMITED HABANA