BRTIRO DE PERIODIBTAS LO EFIMERO Y LO ETERNO Por Jos6 FATJO El culto a la forma es la pasi6n literaria que exaspera y <-onstituye cl ideal excluyente de lo que pudi6ramos llamar la est6tica modernista. La frase perfilada, acicalada, perfumada, sugerente de matices, musical, pie t6rica y luminosa, es la labor preferida, casi la finica, del escritor liamado... mo- dernista. Las ideas, las emociones, todo el mfiltiple y poderoso hervor de la vida; los latidos de la realidad psicol6gica, Ia critical de los hechos, la palpitaci6n oceani ca de la civilizaci6n modern; lo que ha sido en todas las edades el alma del arte, el espiritu de la belleza, so concentra para el modernista en este ideal: el amor supremo de la frase. Para ello apela a todo g6nero de violencias, al trastroca- miento de los sentidos, a la inversion de la 16gica, al paroxismo de lo inverosimi!. De ahi el estilo nebuloso, el'lenguaje prefiado de neologismos, para estupefacei6n y asombro de los burgueses, y para deslumbramiento lel snobismo. Y la frase es tan s61o la mitad del arte literario. La frase se esfuma, es hojarasca quo se marchita pronto, relAmpago fugaz, moda efimera. La evoluci6n pcrenne de la vida va sumiendo rapidamente en el olvido, en la tiniebla de lo que desaparece, la literature resonant, brilladora y glacial, en la quo predomina la vestidura. La audaz y poderosa literature hugoniana (iper- d6name, oh le6n!), que es una selva de imAgencs, una catarata de lirismo, nos estremeci6 y sedujo, con su inefable sortilegio y el solemne trueno de sus hipdr- boles, en la adolescencia sofiadora; continuarh cautivando a las proximas gene- raciones, porque la evoluci6n literaria no ha dado adn su moviniento total de ro- taci6n desde la muerte del portentoso lirico, pero esa literature deslumbradora ya agoniza, si bien siempre brillarA en la posteridad como un astro este nombre: Victor Hugo. Pero lo eterno, lo que se respira siempre en el ambiente literario, porque .'s cono el oxigeno del mismo, es el arte en que palpita la vida. Y la palabra, la expresi6n, ya sea arabesco policromatico dibujo primoroso, iris filtrado a traves de litfrgica vidriera, nota de guzla, quejumbre de guitarra, reflejo de estrella, s6lo vive el minute de las rosas, si dentro de ella no palpita la vida, no arde el fuego de la realidad tormentosa, caldeada por el dolor. La literature decadentista es una enfermedad del arte. Ya lo dice el voeablo: