BETIRO DE PERIODISTAS cias a esa amnistia pudo tomar el vapor rumbo a New York, dejando la inmunda mazmorra de la Cabania, donde permaneci6 encerrado desde el 24 de febrero de 1895, Julio Sanguily, el popularisimo general de las 6picas cargas al frente de la legendarit caballeria camagiieyana; el fraterno amigo de Ignacio Agramonte. Salieron tambi6n de edrceles y presidios, de allende y aquende, centenares de cubanos, en ellas reteni- dos por su conocida-o sospechada-militancia separatist. Arnaut6, pluma vigorosa, maestro de la sitira hiriente, us6-y hasta abus6 un poquito-de las libertades que a la prensa peri6dica concedi6 el flamante regimen del Home Rule cubensi. Desde los primeros nimeros (no fueron muchos, pues el ' de enero le destrozaron los talleres unos cuantos oficiales del ejrcito espafol, enfu- recidos por el famoso suelto "Fuga de granujas") el inimitable Rochefort cubano enfil6 sus baterias contra la conocida panfletaria asturiana Eva Canel, que redae- taba una secci6n en "El Comereio". Dofia Eva se enzarz6 en candente pol6mica con el mAs notable de los libelistas cubanos de todas las 6pocas. Mutuamente se pu- sieron de oro y azul; cual no digan duefias... Un dia dofia Eva fud llamada a las oficinas del Estado Mayor de la Capitani.i General, donde la enteraron de un precioso notiei6n: habian descubierto al pillowo insolente" que mandaba correspondencias "a un papelucho de Cayo Hueso titulado "El Yara", firmadas con el pseud6nimo de Juan Mambi". Este y Ricardo Ar- naut6 eran la misma persona... Dofia Eva-espiritu combative y mujer de vasta cultura-apreci6 en su just valor la importaneia que para ella y los integristas del partido "UTni6n Constitucio- nal", tenia la noticia. Pero lejos de entregarse a manifestaciones de pueril rego- ecjo, sorprendi6 a los militares informants ccn esta singular pregunta: -Si saben ustedes lo que me refieren ce6mo no han detenido a ese peligroso enemigo nuestro? lAcaso est& protegido por el general Blanco y los mambises dib- frazados de espafioles que l .maneja en' su mal llamado Consejo de Secretarios Au- ton6micos? -No, dofia Eva. El gobierno local no tiene jurisdicei6n en los asuntos mili- tares; y son miembros de la policia especial del ej6rcito los que descubrieron la double personalidad del periodista que tan implacablemente nos combat. No lo hemos detenido, porque lo estamos vigilando estrechamente para descubrir a sus c6mplices y compinches; que de seguro los tendril. No podrA escapArsenos. Todas las pre- eauciones humans, han sido maduramente consideradas. -Bien. Pero jd6nde vive ese pillow -Se lo vamos a decir confidencialmente. En la calle tal nfimero tanto. --Gracias. Los felicito; y vigilen bien ique el mozo es de cuidadol Ni tarda ni perezosa, dofa Eva abandon las oficinas de la Capitania General. y march a su casa, donde eomision6 a persona de su confianza para que fuese has- ta la que le dijeron que era la residencia de Arnaut6, y dejase alli, sin esperar res- puesta, una carta que acababa de escribir. En dicha carta, que encabeza asi:--"Mi distinguido enemiigo", explicaba c6- lmo en la Capitania General sabian a ciencia cierta que 61 (Ricardo Arnaut6) era el autor de las correspondencias a "El Yara" firmadas "Juan Mambi". Y agre- gaba: "usted va a ser detenido de un moment a otro, y como no quiero que usted nunca pueda abrigar la sospeeha de que yo, sabedora de su secret he sido su dela- tora, me apresuro a imponerle de lo que ocurre, para que si le es possible, tome las