BTTIBO DE PERIODISTAS "La muerte en la alcoba penetr6 quedito, reacciona la enferma, musit6: IMis hijos! Y llam6 a una amiga por medio de un signo, haei6ndole un ruego muy quedo al oido. El chisporroteo de la luz de un cirio tan solo interrumpe ]a paz del recinto, que la hace mfs triste la imagen de un Cristo. El reloj del tiempo continue su oficio, desgran6 su cuerda, prolong6 su ritmo y el amor de madre no falt6 a los nifios." El ruego de Maria te di6 nueva esposa, fiel conio ella devolvi6 la paz al hogar, tus hijos no quedaron hu6rfanos del amor materno. Ella te hizo amar de nuevo la existencia, alent6 tus ideas y fue int6rprete de tus hondas emociones en Tierras Vie- jas, junto a las tumbas fara6nicas. Duerme, Emilio, duerme; suefia como sofiabas cuando estabas entire nosotros, con aquella filosofia tuya que era una transacci6n entire la Religi6n y la Ciencia, sin conflietos porque en amalgam cordial la humanidad quedaba hermanada y limping de las lacras e impurezas de la tierra. Sigue tu vuelo de mejoramiento y perfecci6n en escala ascendente por el labe- rinto del Cosmos para alcanzar el bien supremo; mientras yo continuard peregrinan- do por los zarzales del mundo sin el alivio de tus consoladoras creencias. Y te digo adi6s eerrando estas evocaciones con el recuerdo de aquel viaje quj. hicimos al cafetal "Simpatia", que administraba tu ufiado Armando Lay, en cuyo batey jugaron en la infancia nuestros dos inmortales poetas primos, los dos grande Heredias, el cantor del Niagara y el acad6mico francs autor de los Trofeos: yx- eursi6n aquella de imperecedero recuerdo, porque extraviados ambos en la obseuri- dad de la media noche, andando y desandando por las plazas de eafetos y cacaota- les, los dos rocinantes en que cabalgAbamos nos llevaron a la casa de vivienda guia- dos ellos por el instinto que les di6 Naturaleza, y corridos nosotros de vergiienza tratamos de ocultarla prorrumpiendo en estrepitosa careajada. El epilogo de aquella jornada fuo un baile de tumba francesa en el batey donde hizo gala de sus habilidades coreogrAficas una jovencita eti6pica, escultural, de sim- pitica fisonomia que tanto admirastes y aplaudistes; fiesta que termin6 al alba, emprendiendo nosotros seguidos de nutrida cabalgata otra exeursi6n hacia el cafetal "Santa Maria del Loreto", done nos esperaba el anfitri6n Mr. Cambet, para obse- quiarnos, en 8abado de Gloria, con un almuerzo y por inico plato came de carnero,