BETIRO DE PEDIODNISTA los inconformes de adentro-ya aguerridos-y estall6 nuevamente la guerra sep'- ratista del 26 de Agosto de 1879. Nuevo fracaso que cost preciosas vidas, muclias lfgrimas y centenares de hombres bravos en la pelea fueron a ocupar puestos coma prisioneros de guerra en las cAreeles, presidios y castillos de la ex Metr6poli y en Africa. Tambi6n centenares de hombres tiles en las artes manuales por simple sospeehas o ruines venganzas reportados a plazas fuertes de la peninsula iberica y a otros paises eomo Fernando Poo, de mortifero clima en el continent Africano. Alli dej6 sus huesos el venerable artesano don Pedro Dominguez por el solo delito de haber inaugurado y presidido el Casino de Artesanos frente a la plaza de Crombet, local que ocup6 ..fios despu6s el Club Nacionalista 'Antonio Maceo" y hoy es sede de una instituci6n mas6nica. Tambien tfi y yo dimos con nuestros euerpos en las islas Chafarinas con cen- tenares de patriots veterans algunos de los males, como el valiente coronel Juan Cintra encontraron la muerte en aquellos islotes del mar Mediterraneo. tRecuerdas el Penal de los MArtires en ('dizt iY el trasatlantico "Antonio L6pez" que abri6 su vientre en Puerto Rico para alojar como alimafias a cincuenta: y tres hombres en un sollado de doce varas on cuadrot 6Y aquellos vejamenes eit la chusma adocenada? 1Y aquel desaseo en que vivimos durante una quincena poor que cerdos en un corral? kY al viaje a Chafarinas con incidents tan c6micns como el del mozo Durfn que, sin ser deportado fui con nosotros a las barras, porque tu buen coraz6n lo apafi6 para matar su vieja earpanta y aliviar su miseria de ma- rinero desenrolado gIY tus espontaneas gestiones con el alealde de Cadiz para que los deportados reeibieran en metilico el real bell6n diario en vez del p.simc rancho de la efrcelf Ah! Pero esas penalidades las aliviaba (1 ricnerdo tde a patria aherrojada y distant. SRecuerdas que en las islas Chafarinas ibamnos los dos a buscar mejillones, ma- riscos incrustados en las rocas verticales del acantilado para comerlos guisados en la salsa que tfi preparabas para nuestros pobres almuerzos dominguerost Suavizado el rigor de los ostracismo pudimos retornar a la vida civil aunque en precario. Nos sonri6 una tarde la ciudad andaluza que gobern6 el emperador romano Trajano. En vez del triste ruido de Ins cadenas, Sevilla, la nueva jaula de oro que nos aprisionaba, regalaba nuestros nidos con los aires de sus tipicas can- ciones. Tu alma de artist se bail6 de gozo y so durmi6 como en un lecho de p6talos. Bequeriste entonces los pinceles, la paleta, rl ca:allete y los colors y en un ba:- e6n fronterizo al Postigo del Aceite pusiste tu studio de pintor. Desde otro bal- e6n vecino una hermosa mujer te contemplaba con amorosa curiosidad, tanta que 11f- g6 a interesarte y termin6 en idilio. Cuando ella abri6 los ojos a la realidad y so convenci6 de que era impossible realizar sus dorados suefios te despidi6 el dia de to regreso a Cuba con este madrigal: "MAs (que a las nifias de mis ojos te quise yo"... aLo recuerdast Volviste al hogar querido, al seno de la familiar, al amor ronyugal interrumpido, ungido ahora con los besos de tu fiel Maria. ;Cuan fugaces son las horas de placer con que nos engafia la vida! La muerte aceclaba para descargar terrible golpe so- bre tu coraz6n. Me sorprendi6 la noticia de la muerte de Maria en Nueva York y desahogu6 mi dolor en este canto elegiaco: