ABT13O DE PEIODI8WAB EVOCACION Por Federico PEREZ CARBO EN LA TUMBA DE DON EMILTO BACARDI MOREAU Perdona, hermano, si vengo hoy a perturbar tu suefio, el reposo que disfrutas en el silencio y la sombra de la tumba piramidal, ofrenda p6stuma y vocativa de t segunda esposa, doia Elvira Cape; pero tengo pendiente una deuda y vengo a pa- garla en este aniversario de tu despedida del planet en que naciste y desplegaste tus facultades y energies prodigiosas. Un dia vino a casa, en misi6n de honor, mi compafiero y amigo-tuyo tambi6n lo fu6-Arturo Prior. Me invitaba a consumer un turno en el homenaje annual que rinden a tu memorial deudos y amigos, sabedor, como lo es 61, del tierno afecto que nos uniera y la compenetraci6n de ideas y sentimientos que nos hermanaban. Me excuse con gran pesar porque en aquellos moments mi salud, harto quebrantada, y la depresi6n de mi animo eran tan fatales que me tenian agobiado y entristecidc. Prometi hacerlo en otra ocasi6n mis propicia, satisfaciendo con ello a la vez, mis propios deseos. Han transcurrido algunos afios de entonces ach, desgraciadamente ni salud Ic- jos de mejorar fu6 agravandose a tal punto que me dispuse a partir a las regionC de donde nadie vuelve y diet mis disposieiones de iltima voluntad. La familiar, sin embargo, no se di6 por veneida, provoc6 la intervenei6n de otros profesionales y tras larga lucha logr6 una reacci6n tan favorable que ella me permit hoy saldar mi deuda, aunque lo haga por medio de estas cuartillas, ya que mi vista en coni- pleta decadeneia no me permit haeerlo personalmente. No traigo ofrendas florales a tu sepulcro, Emilio; las flores duran pocas horas, la luz solar las marchita, deseolora y quema. TraerB, en cambio, recuerdos de pa- sados dias, unos de martirio, otros de gloria; episodios de nuestras ansias de liber. tad e independencia, esperanzas, desilusiones, todo aquello que contribuy6 a unir nos, a hacer mis s61ida nuestra amistad, mas intima la confianza, m&s entraflable el earifo. Esta es mi ofrenda, testimonio sineero de que no es eierto que con la muerte acaba todo, porque la muerte destruye, es cierto, el esqueleto human pero no aniquila el sentimiento que en vida lati6 en el coraz6n y tras la muerte perdura en el reeuerdo de los que sobreviven y se amaron. Te conoci una mariana en la tabaqueria de Pablo Mayol, contigua a la fibrica de licores de Marina baja, que fundara tu padre don Facundo, asociado al quimic, francs senior Le6n Boutellier. Mayol era un buen patriot y un entusiasta y active