de Septiembre salieron para Ney York los Sres.. Mendez Capote y Menocal, acompafiados del sefior Manuel Des- paigne, nombrado Secreta'rio de la Comisi6n. Tan pronto ca-io llegaron A dicha" Ciudad se les uni6 el Sr. Quesada, y comenzaron, los tres, sin p6rdida de tiempo a desem- pefiar su cometido. Avistdronse con hombres promialentes de la alta Ban- ca. americana, teniendo la fortune de dirigirse en particu- lar a capitalistas a quienes en nada 6 muy poco habia afectado la crisis amonetaria que atravesaba h la saz6n el Mercado de los Estados Unidos. Fueron reecibidos do una manera favorable, que les inspir6 confianza desde el prin- cipio en el 6xito de su misi6n. Celebra'ronse conferencias; se repitieron kstas; cruz6se correspondencia por escrito llegAndose al cabo a las siguientes conclusions: Primera: Que era de absolute necesidad introducir en la Ley del Empr6stito algunas modificaciones, por ejemplo: supritmir la subasta; autorizar, en cambio, al Ejecutivo para contratar el Empr6stito; para convenir en las condiciones de emisiones y detalles subsiguientes; y pa- ra einpefiar-la parte proporcional de las rentas de aduanas al pago annual de intereses y amortizaci6n. Segunda: Que aquellos moments eran los menos aprop6sito para contratar el E'mpr6stito, por ser muy ma- las las condiciones del mereado international monetario. Tercera: Que era probable que A principios de Enero de 1904, ya' habrian 'cambiado satisfactoriamente el estado de la plaza, recobrando para entonces su estado normal. Cuarta: Que mejorada la situaci6n econ6mica, y he- chas en la Ley las modificaciones sugeridas, el Empresti- to podia negociarse satisfactoriamente, A cuyo efecto ofre- cian su decidida cooperaci6n el grupo de banqueros con quienes estaban en relaci6n los Comisionados. Colocado el asunto en esta situaci6n, se pidi6 A los mencionados banqueros una nota formal de los terminos en que harian el Emprestito al mejorarse el estado !moneta- rio de la plaza. Ofrecieron ellos presentarla en el curso de algunos dias, pues necesitaban .de tiempo para ponerse de acuerdo con sus amigos de Londres. Debe advertirse que nuestros Comisionados, A pesar de presumir que otras notabilidades de la Banca America- na no estaban en 'actitud de hacer proposiciones por ha- llarse envueltas en la crisis del Mercado decidieron tener una entrevista con ellas. El resultado fu6, que se les repi- tiese la afirmaci6n de ser aquella 6poca la peor para ini- ciar negociaciones sobre el asunto; que se les dijera que otros bonos y valores, por causa de la baja operada en la acetualidad, ofrecian iras alicientes .al capitalist; que el Mercado de Londres estaba mis 6 (mlenos en las mismas