semos desapercibidos, como los tomaramos sino fuera por la grita. Los que llebavan cargo descalar la casa, por alguna desorden e resistencia que hallaron no salieron con ello, i la gente que acudi6 a tomar las puertas lie- go a tiempo que las hallo ya cerradas, i los de dentro bien apercibidos, ju- gando su arcabuceria. Pusose fuego a las puertas de Juan de Rojas, i a otros dos pares de casas donde estavan Franceses retraidos, i conbatieronse i juntaronse las dos casas, i en estas i en otras se mataron diez i siete o diez i ocho Franceses; i como la casa de Juan de Rojas es fuerte i de piedra, en ella havia much gente i gran resistencia, no se pudo entrar. La nao se atraveso en el puerto i desde alli desvio con much artilleria que disparo la gene que combatia esta casa, i lo mismo hizo un batel que salio de la nao con gene e versos; e venido el dia a un hora salido el sol, el Capitan i gente que estavan en la casa de Juan de Rojas salieron, i otros que es- tavan encerrados en la hermita, por todos serian hasta cient hombres ar- mados con sus arcabuzes, i en orden vinieron a dar en nosotros que esta- vamos recogidos en una calle junto a las dichas casas. A esta coyuntura faltava casi la mitad de nuestra gene de Negros e Indios, i visto lo poco que podiamos ofender i el much daio que se podia recebir, nos retira- mos de calle en calle hasta salir del pueblo al monte, i alli no se pudo detener Negro ni Indio, porque cada uno se fue por su parte. De los nues- tros murieron dos Espafoles e seis salieron heridos, e quatro Indios e ocho Negros, sin otros salieron heridos de los Franceses, con los que se mataron en las casas i otros que nos quisieron tomar las espaldas, se ma- taron por todos veinte i site. El Capitan Frances quedo libianamente he- rido en el pecho de un bote de lanza que un Negro le dio, el qual se ha- via adelantado al tiempo que se havian cerrado las puertas de la casa de Juan de Rojas: i antes que amaneciese, este Capitan entro en el aposento donde tenia los prisioneros, por su persona sin buscar otro verdugo, los mato a todos, que eran veinte i cinco entire los prisioneros de la torre i los barcos de la monteria; i asimesmo mato a otros nueve prisioneros que ha- via tomado en una caravela cerca de cabo de Cruz pocos dias antes que entrase en este puerto: solamente dio la vida a Juan de Lobera i a otro ve- cino, que estos dormian en lo alto de la casa. Luego los Franceses metieron la artilleria de la fortaleza en la nao grande, i todos se recogieron a ella e no salian a tierra sino de dia. Pasado esto, dentro de dos dias se trato entire los vecinos que seria bien rescatar el pueblo, e se pidio al Frances diese seguri- dad para entender en ello, i por una caleta la embio: embiaronle a ofre- cer mill pesos, e a quien le Ilevo el recaudo, que era un clerigo, sin le responder palabra mando echar de la nao e quitar delante de si; i otro dia