poner al iltimo peligro, que como el Domingo vispera de S." Juan bolvi- mos a la nao mui descontentos por no haver visto ninguno de nuestros compaferos, aunque haviamos visto la India, especialmente Fry. Grego- rio tenia sospecha por haverle los Indios asi echado por fuerza, Ilegados a la nao hallamos en ella un Espanol llamado Juan Munoz, que desde el ar- mada de Soto se havia alli quedado, i entonces havia venido a la nao en una canoa, que casi ya no sabia hablar, i luego como llego a la nao como pudo dijo que havian muerto los dos Cristianos i uno tenian vivo, i que el havia tenido el pellejo de la cabeza del Religioso en las manos, lo mismo dijo quando llegamos, siendo ya cierta la muerte de los companeros, el Padre Fry. Juan Garcia i Fry. Gregorio de Beteta dijeron a Fray Luis, pues aquello asi havia sucedido, fuesen otro dia como havian puesto con los Indios para mas certificarnos, i que no pareciendo alguno de nuestros compaferos, diesemos orden en la buelta o en ir a otra parte: el dijo que el estava cierto que aquella obra no se havia de hacer sin sangre, i pues alli havian muerto sus companeros, alli queria el quedar, porque alli pen- sava hacer mas fruto, i esperava amansarlos con darles lo que alli lie- bava: determinado en esto, no quiso ir el dia de S." Juan por escrevir cier- tas cartas i aparajar las cosas que havia de llebar: no dejamos de disua- dirle la entrada todo aquel dia por todos los medios que podimos; pero en el aprobecho poco nuestra persuacion i ruego, porque siempre la tuvo por sospechosa, i mas en esto. Martes 25 de Junio de manana entramos en'la chalupa para ir a tier- ra, i andadas dos leguas nos da tan gran aguacero i viento por la proa, que pensamos perecer, i muchas cosas de las que Ilebava para tierra se dana- ron, porque todas se hicieron agua: no podimos Ilegar a tierra i bolvimos a la nao con harto trabajo. Juan Munoz, que havia salido de la tierra, que iva con nosotros, le venia diciendo que aquello era que Dios no queria que alli saliese, porque luego lo havian de matar, porque ya ellos sabian que el se havia huido, i que la muerte de los otros era descuvierta, que no le aguardarian nada, i otras cosas semejantes que todos le decian: Ilegados A la nao, aquella noche torno a aparejar otras cosas que Ilebar, i Mierco- les 26 de Junio tornamos con la chalupa a tierra i no tuvimos menos tra- bajo de aguaceros aquel dia que el pasado, i nunca pensamos poder legar a tierra; pero como siempre se estava en su proposito firme de salir en aquella tierra, por no bolver otro dia aguardamos que abonanzase un poco i remando con harto trabajo de los Marineros llegamos a tierra: estavan algunos Indios sobre arboles a trechos, que no lo tuvimos por buena seal: luego como nos vieron se bajaron i fueron corriendo a un montecillo don-