196 blado un poco que nos trujesen el Frayle i Cristianos i la lengua como nos lo prometieron, vanse a sus ranchos i nosotros al navio con harta alegria, a que se me olvido de decir que despues de los dos salieron de entire los pinos treinta hombres bien dispuestos, sin flechas, mostrando senales de paz i diciendo: espada no, daca machete, ven aca, daca camisa . .. . .. ....... . ; i Ilegados al navio, pensan- do que Ilebamos grandes nuevas hallamos otras mui mayores de placer i de tristeza en que nos dicen aqui vino i esta un Espafiol de los Solda- dos que trujo Solo, que se a huido de su amo en una canoa : much me holgue de tan buenas nuevas, i harto en pro fuera de nuestro negocio sino afiedieran otras mas terrible i trisles nuevas, en que dijo que los Indios que havian recevido al Frayle i al companero los mataron luego como los deje, i que tenian vivo al Marinero; i preguntado como lo supo, dijo: yo lo oi muchas veces de otros Indios que los vieron matar, i aun yo vi el pellejo de la corona del Religioso, que me lo mostro un Indio que lo traia ensenando, i dijo que hacian i decian muchas cosas quando los mata- van: todo esto con ser harto terrible cosa i mui penosa para todos, a un era pasadero i cosa que semejantes negocios de fee traen consigo, i no menos lo pensava quantas voces consider la grandeza deste negocio, sino que con sangre como lo hicicron los Apostoles haviamos de plantar i fundar aqui la fe i ley del que aun por nos la dar i predicar padecio i murio, i por tan- to pues esto es ansi i se presupone a la predicacion de tan grande ley, no es de desmayar como ella vaya adelante mas suceder tal cosa como la di- cha, i con esto ver como lo vi i oi aqui que tan inportante negocio se des- hiciese i bolviese atras, que cierto no fuera adelante bolviendo el navio a Maxico: con tales nuevas fue para mi una de las terrible cosas que en el mundo podia oir ni ver, i aun esto no era el sumo mal, porque si agora no era Nuestro Senor servido que se hiciese, tiempo quedava para ello, si- no que de bolver atras con tales nuevas, a parecer i dicho casi de todos, concluirian i mal concluido que eran todos estos Infieles dignos de muerte i merecedores que los viniesen a hacer guerra i tomar sus tierras, a un que bien siento i tengo por cierto que Nro. Rey i sus Consejeros como sa- bios i temerosos de offender a Nuestro Senor, por solo lo hecho nunca tal cosa mandara. Del Senor Visorrey de la nueva Espaia se que siente lo que yo siento en este caso, porque es conforme a la ley de Cristo, porque diciendome una vez que si acertava con este negocio hacia una de las grandes cosas que en las Indias se ban hecho, i sino acertava hacia la peor obra que se ha hecho on Indias, i preguntandole el porque era peor, respondio por-