152 dava tanta razon de lo que decia como si fuera verdad e lo oviera visto, que bien parescia despues ser el diablo el que hablava en 6l. Francisco Vazquez e todos le davamos much credit, aunque fue aconsejado de mu- chos cavalleros no movies todo el campo, mas antes embiase un Capitan a saber lo que era, e no quiso sino llevarlo todo e aun embiar a D. Pedro de Tovar A los Corazones por la meitad de la gentle que estava en aquella villa; e ansi partio con todo el campo, e andadas cient e cinquenta le- guas, las cient A levante e las cinquenta al sueste, e faltando ya el Indio en lo que havia dicho que alli havia poblazon e maiz para pasar adelante, repreguntado alas otras dos guias como era aquello, el uno confess que era mentira lo que el Indio decia, salbo que havia la provincia que se lla- mava Quibira, e que havia maiz e casas de paja, pero que era muilexos, porque nos havian traido por fuera de camino. Visto esto i el poco bastimen- to que havia, Francisco Vazquez, con acuerdo de los Capitanes, se deter- min6 pasar adelante con treinta de los mejores e mas bien proveidos, e que el campo bolviese al rio, i ansi se hizo: a la sazon dos dias antes desto havia sucedido a D. Garci Lopez que cayo un cavallo con el e se le des- concert6 un brazo, de lo qual estuvo mui malo; i a esta causa bolvio Don Tristan de Arellano con el campo al rio, en el qual camino pasaron harto trabajo, a causa de no comer mas de came, casi todos e a muchos ha- cia datio: matavase el mundo de vacas e toros, que huvo dias que entra- van en el real sesenta i setenta rezes e cada dia era menester de ir a caza, de lo qual e de no comer maiz en todo este tiempo los cavallos lo pasa- van mal. Partido Francisco Vazquez por aquellos llanos en busca de Quivira, mas por la relacion que en el rio nos havia dado, que por el credit que alli le davamos a la guia, muchos dias seguiendonos por aguja fue Dios servi- do que a 50 jornadas hallamos el rio de Quibira, que estA treinla leguas antes de la poblazon el paso del, e alli allamos gente que andava A caza de los mesmos naturales de Quibira. Lo que en Quibira hai es una gente mui bestial, sin policia ninguna en las casas ni en otra cosa, las quales son de paja a manera de ranchos ta- rascos, en algunos pueblos juntas las casas de a docientas casas: tienen maiz e frisoles e calabazas, no tienen algodon ni gallinas, ni hacen pan que se cueza en comal, sino debaxo de la ceniza: entr6 Francisco Vazquez por este poblado veinte e cinco leguas, adonde tom6 relacion de lo de adelan- te, e dixieron que se acabavan los llanos, que por el rio abajo havia gente que no sembrava que se mantenia de caza. Tambien dieron relacion de. otros dos pueblos grandes, que se llamava