esta otra orilla, donde nosotros estabamos, con mui grande alarido, he- chaban nos todas las flechas que podian i bolbianse de la otra banda; des que vieron que ya teniamos nuestras barcas a punto para pasar, huieron todos i dejaron nos el paso desembarazado; pasamos con much concier- to el rio, que tenia casi una legua de ancho i diez i nuebe 6 beinte brazas de fondo; dela otra banda allamos algunos Pueblos buenos: subimos el rio arriba, porque para ir aquella provincia de Pacaha aviamos de tornar A subir: antes que llegasemos a ella llegasemos A otra provincia de otro Senior, conquien tenia much guerra, que se llamaba Icasqui; salionos este Cacique de paz, diciendonos que havia much tiempo que tenia noti- cia de nosotros, e que sabia que heramos ombres del cielo i que no nos podian hacer mal sus flechas, 6 por eso no querian guerra ninguna con nosotros, sino serbirnos: el Gobernador los recibio mui bien, i no qui- so que entrase ninguna gente en su Pueblo por que no le hiciesen dafo, 6 aposentamonos abista del Pueblo del Cacique en un Ilano; estubimos dos dias: este dia que Ilegamos el Cacique pidio al Gobernador, diciendole que sabia que hera ombre del cielo 6 pues se havia do ir adelante, que le dexase una seal A quien el pudiese pedir aiuda para sus guerras, i a quien su gente pudiese pedir agua para sus sembrados, que tenian much ne- cesidad della, que se murian sus hijos de ambre: el Gobernador mando que hiciesen una cruz de dos pinos mui alta, i le dijo que otro dia bol- biese que el le daria la seal del cielo que le pedia, i que creiese que ninguna cosa le faltaria si tenia en ella esperanza berdadera : otro dia bol- bio anosotros el Cacique diciendo muchas cosas porque tanto nos tarda- bamos en dalle la seal que nos abia pedido, pues tanta boluntad tenia de servirnos e seguirnos, e hizo alli un llanto mui grande por que no se la daban tan presto, tanto que nos hizo llollar A todos deber la debocion i hainco conque lo demandaba: el Gobernador le mando que a la tarde bolbiese el i todos sus Indios, i que nosotros hiriamos a su pueblo i le llebariamos la seal que el havia demandado: el vino a la tarde con toda su gente; nosotros fuimos en procesion fasta el pueblo i ellos tras nosotros; allegados A el pueblo, acostumbran los Caciques alli tener junto a las ca- sas donde viven unos cerros mui altos hechos amano, i otros tienen las casas sobre los mismos cerros; en aquel alto de aquel cerro fincamos aque- Ila cruz, i fuimos todos con much debocion incados de rodillas A besar en el pie de la cruz; los Indios hicieron como nos bieron hacer a nosotros, ni mas ni menos, y trageron luego much cantidad de canizos, hicieronle un cerco en torno, i bolbimonos A nuestro asiento aquella noche : otro dia por la mafiana caminamos la via de Pacaha, que hera el rio arriba; an-