los informes reservados y las relaciones que se me pidieron por los Minis- tros de Guerra, Real Hazienda, Gracia, y usticia: he evacuado tres in- formes reservados bien largos y dificiles de averiguar, sodre las desave- nencias que mediaron entire mi antecesor el brigadier D. Estevan Mir6, el Ilmo. Obispo auxiliary, y este contador de ex6rcito D. Joseph.de Orue: he remitido al Ministerio de Guerra una relacion de toda la artilleria exis- tente en esta provincial, con expression de la utilidad y empleo de cada pieza, dotacion que consider necesaria, individualizando el costo de todo lo perteneciente a la misma, conform me lo habian mandado. He dirigido al mismo Ministerio una relacion de todas las plazas, fuer- tes, edificios militares, hospitals y demas gastos concernientes al ramo military de la provincia, detallando el valor de cada cosa, como me estaba mandado, y remitiendo los pianos, sin haber tenido para ello socorro de ingeniero alguno. He enviado al Ministerio de Gracia y Justicia un informed circunstancia- do de todo lo perteneciente A la administration spiritual de esta pro- vincia. Estoy concluyendo el estado que me ha pedido el Ministerio de Real Hazienda de todas las rentas Reales en estas provincias, los ahorros que se pueden hacer en sus gastos, etc., trabajo inmenso que abraza todos los demas ramos de su administration, y tanto mayor quanto desde que la Luisiana pertenece A la Espana ha tenido su extension y poblacion unos aumentos quasi duplicados, lo que ha hecho variar continuamente sus gastos. A tantas faenas se han anadido las atenciones que ha exigido la con- servacion de la paz y tranquilidad, que infinitos mal intencionados y des- afectos al Gobierno han intentado turbar much tiempo antes que se de- clarase la guerra A la Francia, ya por an6nimos, ya con escritos y con- versaciones sediciosas, poniendonos en el caso de recelar una revolution semejante a la de las islas francesas, siendo constant que si esta capital se hubiese hallado en el mismo estado en que la encontr6, esto es, sin defense alguna, no se hubiera evitado la misma suerte que han tenido aquellas. A fuerza de desvelos, sujetando los unos con el temor, los otros con el castigo 6 el destierro; echando todos los franceses recien venidos A la colonia, que la tenian ya contaminada en gran parte con sus maximas de igualdad; interceptando las cartas y papeles de noticias sospechosas, y disimulando con todos, he conseguido much mas de lo que me esperaba, pues que toda la provincia disfruta de la mayor tranquilidad desde la retirada A Francia de la expedicion preparada en Nueva York contra esta provin-