En Lajas lo esperaban en la via. Cuando los dominicanos vefan un
grupo de haitianos parados o sentados en el chucho, sabfan que estaban
aguardando a master Houston, para que les diera trabajo. Era, pues, un
blanco popular, entire aquellas genes.
 Muchas veces Rosendo, que sentia un odio tremendo por los hai-
tianos, cuando tenia una dificultad con un music, como tl les decfa,
terminaba por declararle:
 -Vete donde tu Papa Yute. iNegro del carajo! iComo los monta en
Buhda, ya se creen gentes!
 Rosendo aludfa a las veces que master Houston subfa a algin hai-
tiano en su motor. No se le escapaba a dl por qud to hacia y sin hacer
comentarios le cont6 a Agapito que un dia, viniendo tl a pie por la
via, vio a tres haitianos, uno de los cuales, Dorsenvil, que era capataz,
levant6 el brazo y le hizo sefiales al blanco, que venia embalao para que
parara. Cuando estuvieron juntos oy6 que le dijo:
 -iOh! Papa Yute. Yo quiere jablar contiga.
 -(Qud pasa? JTa enferma?
 -iNo! Quencena past yo ti cobri quence pese y ete quencena da a
mi siete pese no mi. Quiere que tu mi diga que pasa
 Mister Houston, siempre sonreido, le toc6 con la mano en el hom-
bro carifiosamente:
 -iNo sd! Pero yo arregla ese. D6nde tu vA?
 -Yo va pa Lajas.
 Y se fueron juntos.
 Y como Agapito le preguntara a Rosendo si le pagarian lo que le
faltaba, este sonriendo le contest:
 -iQue va gallo! Si por eso es que son buenos los mafieses.
 Y levantandose del caj6n en que estaba sentado, repiti6:
 -iQu6 va, gallo! Si estos blancos tienen las cuarenta en brisca y el as
de basto. Tu no v6 que se lo llev6 en el motor. iPor desvanecfos es que
los prietos no suben palo!