-De modo que habri otra barrida como la del afio pasado. -Ello asf parece. ' -Y quidn le dijo eso? -Bueno. Esas son voces que corren en el Central. Jos6 Torres s6lo se ocupaba de su juego. Ya don Antonio le habfa dado una pela fenomenal. Despues de hablar de cosas indiferentes, Abelardo se refiri6 a don Marcial. Oy6 decir que al finalizar la zafra la Compafifa se ha- rfa cargo de muchas colonies, porque la deuda que tenfan era muy grande. Ademis, no estaba el administrator satisfecho de muchos colonos. -Entre esas colonies nombraron La Inocencia -dijo en voz baja-. He ofdo decir que don Marcial entregara. Abelardo se reserve la fuente de sus noticias. A sus amigos no les caus6 esto ninguna sorpresa. Todos los que podfan saberlo en la colonia lo presumfan, por el rumbo que iban tomando las cosas. -Dicen -agreg6 Abelardo-, que master Moore no le quiere dar di- nero suficiente para entorpecerlo en esta zafra. Que el asunto de las limpiezas fue hecho a prop6sito. Durante el tiempo muerto la colonia no se limpi6 bien. El dinero es- tuvo escaso y don Marcial tuvo que hacer algunos sacrificios para pagar trabajos que no se podfan aplazar. En un moment en que Jos6 meditaba una jugada, don Antonio agreg6: -No me sorprende. Siempre hacen lo mismo. Cuando quieren salir de un colono lo exprimen hasta que reviente. En todos los ingenios es igual. Despues que le siembran la cafia le permiten vivir algin tiempo y luego lo echan fuera. -La suerte es que la tierra es propia -dijo el pesador. -iY que? (Qu6 hace con eso? -iBueno! Le darin algunos pesos por ella o se la arrendarin.