ENGRACIA Y ANTORITA dispuestas a la cooperaci6n active del progress de su pueblo. En estas, y otras cosas, en que se diferencian nota- blemente las banilejas de los banilejos, no han andado muy exactos autores, como Rouseau, AimB Martin y otros, cuando ensefiindonos a conocer un pueblo nos dicen:-"Estudiad a las niujeres y conocereis quienes son los hombres". Cuenta la tradici6n que cuando ha sido necesario prestar concursos para el bien de la generelidad, las banilejas no han escaseado medios, contribuyendo a el moral y materialmente. Ahi estA confirmando esta verdad la que parecia obra titAnica en Bani, su hermosa Iglesia de cal y canto, donde nunca los albafiiles prepararon la mezcla sin que el agua fuera traida por ellas, y donde no hay apenas una piedra que ellas no cargaran a sus hombros. IL En lo que se distingui6 much, y ain por lo gene- ral se distingue, la mujer de Bani es en el cuidadc y aseo. tanto de sus personas, como de sue hogares Siempre se esmeran en tenet limpias las viviendas, poi pobres que sean, asi se encuentren en los campos. En las del pueblo, saltan a la vista los especioso. patios, faltos por lo regular de Arboles, con excepci6n d& equellos donde ha nacido la intrusa y repugnante ball honda, que los ingleses llevaron a Haiti en el vientn de sus caballos y can la cual Haiti nos viene invadiendc En esos patios se nota el descuido, pues debian de esta sembrandos las frutas y otras plants tiles, y laa ae foritas deberlan de cultivar en ellos hermoeo jardinee