ENGRACIA Y ANTORITA


 Mis sencilla, mis pura, mas po6tica se vb una
ninfa entire las palmas de su valle y a las orillas de su
rio.
 Junto a la fuente de su pueblo f4u donde ofreci6
el mensajero de Isaac a Rebeca la corona nupcial.
 No desdefi6is, pues, ninas de Bani, el tesoro que
os di6 Naturaleza; vuestro orgullo debe de set Bani.
 Por no violentarse en deseos irrealizables, bien se
hallaban vuestras madres en su manera de vivir, sin
envidiar el ruido de las capitals; y debido a esa con-
formidad nunca llegaron a perder la herencia que a
*osotros es tan legitima y que de Engracia era precia-
disimo timbre de honra local: aquella inocencia de vida
y de nmodales que las agraciaba sin que fueran ignorantes
ese candor oue mantenia imperturbable la serenidad de
su conciencia; aquella sencillez en sus costumbres sin
ser incultas; esa natural amabilidad sin coqaeteria que
se conquistaba los corazones; aq ella alegria de que
gozaban en las mAs simple de sus fiestas sin ser tontas;
y aquella satisfacci6n que tenian de su propio valer,
sin abandonar nunca la modestia que l4s era peculiar.

 III

 Engracia, aunque poseia, ademAs, esa otra cua-
lidad que tanto abunda entire sus paisanas:-la educa-
ci6n de todos los quehaceres del hogar, ni barria4 ni
fregaba, ni planchaba, ni cocinaba en su.casa; pero tejia
y bordaba constantemente. Todo el dinero que gana-
ba con las labores de sus manos, lo aplicaba a la com-
pra de sus vestidos y a la ayuda de los gastos de la
familiar.
 Antofiita estaba siempre pordioseando- los libros, y,