en muchos otros pueblos del pais. Una de esas estaciones de radio denuncia que elements comunistas extranjeros dirigen estas actividades subversivas. El professor pidi6 al capitan no informar del caso a sus de- mas compafieros. Fue a la cubierta donde encontr6 a Madelai- ne y a De Mers y les dijo: -Cuando venfamos en el bote planeamos ir a bafiarnos a cayo Alcatraz. No podrd acompatiarlos pero les ruego que va- yan ustedes. Quiero dedicar la tarde a escribir algunas cartas particulares. Pueden regresar directamente a Anadel. Me reu- nir6 con ustedes en la casa esta noche. Se pusieron los trajes de bafio en los camarotes y luego se cubrieron con toallones y sombreros de amplias alas para pro- tegerse del sol. Un bote de motor tripulado por dos mariners los llev6 al cayo. Como era lo habitual, los mariners pregun- taron a qu6 hora debian volver por ellos y les contestaron que a las scis de la tarde. --Se da usted cuenta, Madelaine -dijo de Mers, mientras se bafiaban en la tranquila poza-, que yo soy la Cenicienta del grupo? --Por qud dice usted eso, amigo mio? Es usted el hombre mas discrete que he conocido. Pero quisiera preguntarle: (por qud sicmpre estA triste y silencioso? -Nunca podrd contestar esa pregunta. Es mi manera de ser. No hablemos de mi. Esc6cheme, por favor. El destino me ha dcparado esta ocasi6n y no quiero perderla, Perd6neme que le trate un asunto de su vida privada... -Hable. Digame todo lo que quiera, joven amigo mio. Le escucho con extraordinario interns. -Oigame y no me interrumpa, aunque diga insensateces. Escdcheme hasta el final. Usted... usted, Madelaine, es una mu- jer hermosa, atractiva, que hace esfuerzos por no serlo. No quiero saber porqud lo hace. El professor Croiset la admira mucho... tal vez Ia ame... pero yo sd que el afecto que usted siente por 61 no es amor. Un hombre tan sensible como el, puede sufrir much con cualquier desilusi6n. Ya la enferme- dad de Trigarthon lo ha afectado profundamente. Yo le voy a pedir... Madelaine lo interrumpi6 con una carcajada y.tomindolo de la mano lo ayud6 a salir de la poza. Sentdndose en la roca, le dijo, sonriente y dulcemente: -Te voy a tutear, porque vamos a estar ahora unidns nnr