los Borja, los MWdicis, mientras el predicador dominico, Jer6ni. mo Savonarola, desde su ptlpito en Florencia, los castigaba con su oratoria fogosa y exaltada. Pag6 con su vida, en la hogue. ra, el pecado de ser bueno en una epoca en que el placer de la mesa y el deleite del sexo eran la consigna general. Los Papas no se quedaban atris y el Vaticano scenario de comilonas estu, pendas durante las cuales el Sumo Pontifice se exhibia rodeado de sus queridas y sus hijos naturales, los famosos Nepotes de la Corte Pontificia. Cuando Lorenzo de Mdicis, como president te de la Academia Plat6nica, clausuraba las sesiones de este c6nclave de sabios, se trasladaba a los lupanares de Florencia en compafifa de sus amigos a terminar la velada entire man. jares y prostitutes. El famoso humanista Lorenzo della Valle, protegido del Papa Calixto III, public un libro titulado aSobre el Placer-, que era un canto a la buena comida y un repudio a los ayunos de la Iglesia. Durante el pontificado de este mismo Papa brill6 por sus regios festines el Cardenal Scarampo, a quien apodaban