es el nm6s fntimo amigo del professor, podria hablarle del temor que tengo de que esa familiar de campesinos le estd tendiendo una trampa. Me consta que 61 es incapaz de incurrir en un acto reprochable, y per eso mismo temo que pueda ser sorpren- dido en su honradez y ser victim de un chantaje. -Le tratare el asunto y luego me comunicari con usted. Charles Croiset lleg6 a Tes6n a las diez de la mafiana. Al en- trar a la finca de Madelaine Chanac le informaron que dsta se encontraba en los sembrados de mafz, detras de la loma. Un pe6n la fue a buscar, mientras el professor se acomodaba en la casa. Era dsta una vieja edificaci6n de madera techada con hojas de zinc acanalado, que habfa adquirido un color rojizo a causa de la oxidaci6n producida por la intemperie y la acci6n de los vientos marines. Los goznes y cerraduras de las puertas y ventanas estaban herrumbrosos pero todo en la casa denotaba orden y limpieza. En la sala habia un viejo piano de media cola y sobre ei varias fotograffas y daguerrotipos de los antepasados de Madelaine. Un gran anaquel de vieja caoba brunida estaba Ileno de libros. Los muebles eran antiguos, de estilo europeo de fines de siglo xix. El professor ley6 los lomos de los libros. Figuraba la colecci6n complete en edici6n de lujo, de la ,Bi- blioteca ClIsica, de Hernando. Del techo colgaba una vieja lnmpara de bronce; sus complicadas cadenas y encajes de me- tal estaban ennegrecidos por la herrumbre. Era de esas l m- paras de petr61eo que estuvieron en boga a principios de siglo cuando afn no se habfa generalizado la luz eltctrica. El piso de madsra brillaba por su limpieza a pesar de de que el tiempo habfa desgastado algunas tablas. Una vieja sirvienta entr6 con una bandeja y le sirvi6 una taza de cafd, como es la costumbre en los hogares dominicanos cuando llega un visitante. El professor entabl6 conversaci6n con ella: --Llevas much tiempo con la sefiorita? -Desde antes de ella nacer estoy en esta casa. --La quieres much? -Como si fuera mi hija. Pero ahora no nos hablamos por- que me ha regafiado mucho... --Por qud? -Ella ha cambiado desde que le conoci6 a usted. No parece la misma. Casi no duerme ni come. Se pasa el dfa dando vuel- tas en la casa y se queja de todo. Usted la ha trastornado. Antes era carifiosa con todos nosotros y ahora no.