EL BANQUET DE LOS DESAMPARADOS La presencia de Madelaine en la cena transfiguraba al pro- fesor. Se le vela complacido y satisfecho. Su regocijo habia contagiado a los otros comensales. Los aperitivos tornados en la sala les despertaron el apetito y los Ilevaron pronto a gozar con fruici6n del magnifico mena que el Chef habia preparado con las selectas provisions conservadas en los refrigeradores del yate. El potaje mRaphael*, del aut6ntico recetario de Anto- nin Careme, rico en crestas de gallo ablandadas en vino blanco. Luego escalopas de rodaballo gratinadas en mantequilla y que- so y servidas en veneras, las famosas conchas del molusco bi- valvo que los peregrinos del Patr6n Santiago tralan cosidas en sus esclavinas, y que los franceses Hlaman coquille Saint-Jac- ques. Sigui6 un pastel de codornices al cognac.- Sirvieron des- puds un aspic de langosta. Luego una fuente de ortolanos, asa- dos suavemente a fuego director. Como entremets gustaron un babarois de Ilamativa confecci6n, a base de mermelada de man- zanas y crema Chantilly, y rociado con calvados, el famoso y aro- mtfico aguardiente, especialidad de la Normandia. Los vinos que se sirvieron fueron Xeres, Chateau Yquem, Chateau Mar- gaux y un Chateau Lafite de 1848, de las mundialmente renom- bradas bodegas del professor Croiset. -iHa sido un festin magnifico! -exclam6 el doctor Desaix, con gesto de satisfacci6n-. Los vinos que hemos paladeado es- capan a toda comparaci6n. El Xeres evoca resina de bosques encantados. Asi debian oler las doncellas de los abencerrajes en los serrallos de Granada. El Chateau Yquem es un ndctar un- tuoso generador de una maravillosa sensaci6n de paz y sosie- go en todo el cuerpo... Hizo una pausa, como si estuviese en una ensofiaci6n. Todos le miraban con interns, porque parecia arrobado, embelesado,