normalice un poco la situaci6n political en el pals. Si quieres, puedes irte tt a la capital. --Cuando podremos irnos, entonces...? -Dentro de diez, quince dias, un mes. No lo s6. Mis socios en el Bufete me piden que me quede aqui con ellos. (Por qu6 no te vas th, si tanto lo deseas? Crefa que te interesaban sobre. manera las conferencias del profesor... Josefina no contest. Ni Jorge ni ella se habia atrevido a ha. blarse claramente. Ambos dominaban sus sentimicntos para evitar que se produjese una situaci6n enojosa, que querian evitar a todo trance. Desde la iltima escena que hablan tenido, cuando Josefina se ech6 Ilorosa en sus brazos, no se habian pe. dido explicaciones de ninguna clase. Se habfan limitado a con. vivir, durmiendo en la misma cama, sin que ninguno intentara hacer demostraciones de especie alguna. Se toleraban, porque se temian. Comprendfan que aquella situaci6n no podfa prolon. garse por much tiempo, pero nada hacian para solucionarla. Se daban cuenta de que estaban al borde de un prccipicio y Josefina queria evitar la caida proponiendo que ambos abandon. naran aquel lugar, pero tenia, sin embargo, que aceptar come buenos los arguments de Jorge: no podia abandonar a su client y amigo en moments de conmoci6n social. Su present. cia era indispensable en Anadel, sin dejar de intuir por ell que algo latia en el ambiente que producirfa un rompimientc entire ellos dos. Crefa sentirse segura de sf misma, pero tenfi la certidumbre de que Jorge la engafiaba. Su orgullo no la de jaba tomar la iniciativa para enfrentarse car a cara con la si tuaci6n. Y decidi6 esperar, confiando en que tendria fuerza, suficientes para no delinquir ante el asedio de Leroy. Ya se habian reunido en la sala para tomar los aperitivos, antes del almuerzo, cuando uno de los criados entr6 con un mensaje de Trigarthon: que en la playa habia entrado un enor- me carddmen de acamiguamas, y que 61 se preparaba para co- gerlas. Todos bajaron y encontraron que ya Trigarthon estaba metido en el mar con cubes y canastas atrapando cantidades del pececillo. El agua hervia con el movimiento de miles y miles de ellos. Su color plateado y lo apretado de la masa que formaban daba la impresi6n de que el agua era azoguc. Rosina se descalz6 y se meti6 en el agua hasta la rodilla, moslrando